Afroféminas

Paremos todos los partidos. Sobre la polémica sobre insultos en los campos de fútbol

La polémica generada en torno a la suspensión del partido Rayo-Albacete por los insultos al futbolista ucraniano Roman Zozulya solo acaba de empezar. El partido, de la segunda división de la liga española, se dejó de jugar debido a los cánticos que la afición del Rayo Vallecano dirigió contra el jugador por sus presuntos vínculos con la ultraderecha de su país.

Esta suspensión trae muchas preguntas: ¿por qué nunca se ha suspendido un partido de primera o segunda por insultos racistas?,¿a partir de ahora los clubes profesionales de fútbol tomarán esa misma medida cuando se trate de insultos racistas?, ¿los equipos apoyarán a sus jugadores racializados como lo hizo el Albacete con Zozulya?

Hay insultos racistas en los campos de toda Europa. En España creo que la cuestión del racismo es aún más grave. Muchos son los jugadores negros que han recibido gritos racistas. Muchos los reciben todos los fines de semana.

En 2014, en el partido entre el Villarreal y el FC Barcelona. Al ir a sacar un córner, el defensa azulgrana Dani Alves presenció cómo le arrojaban un plátano, algo que ya había sucedido a otros futbolistas como Carlos Kameni. Entonces, el brasileño abrió la fruta y le dio un bocado antes de reiniciar el juego, una respuesta al racismo que dio la vuelta al mundo.

En La Romareda, campo del Real Zaragoza, Eto’o, también azulgrana, sufrió cánticos racistas, imitaciones del sonido de un mono e incluso lanzamientos de cacahuetes. El delantero intentó abandonar el partido pero fue convencido por el árbitro y algunos jugadores para que no lo hiciera. Nadie quería suspender el partido. Iñaki Williams del Bilbao sufrió en Gijón algo muy parecido. Tampoco supuso la suspensión del partido.

Ser negro en el fútbol es sinónimo de recibir insultos racistas en todos los campos, incluso de los propios jugadores rivales. Ledes, cuando militaba en el Numancia, denunció insultos racistas de futbolistas del Elche.

Otros insultos graves que pueden surgir en un estadio de fútbol son, por ejemplo, los relacionados con la violencia de género. Un sector del Benito Villamarín apoyó a Rubén Castro en su juicio por presunto maltrato: «Rubén Castro alé, Rubén Castro alé, no fue tu culpa, era una puta, lo hiciste bien».

Racismo endémico

Pero el racismo está en cualquier campo (del más grande al más pequeño) instalado de manera hiriente y tiene que ver con una concepción de la sociedad.

Siendo un poco cándida, se puede pensar que estos episodios son el resultado del comportamiento aislado de los ultras de cada equipo, pero la verdad es que el racismo no se limita a estos fanáticos. El racismo también penetra en las instituciones que regulan el fútbol, que lo consiente y lo permiten. El racismo está en los propios aficionados y jugadores que lo practican.

Durante un partido disputado entre el Ribadedeva y el Nalón, en Regional Preferente, el árbitro Tarekegne Asnake Wolde recibió numerosos insultos racistas como «negro de mierda». Decidió no suspender el partido.

La raza está incrustada en la forma en que muchos españoles se miran a sí mismos. Se creen que la nación española está constituída ante todo por los católicos blancos, incluso si el término «católico» ha perdido gradualmente su dimensión religiosa y se ha convertido en un tema cultural. De esto no escapa el mundo del fútbol.

«Vete a la calle, puto negro», son los insultos que recibió un entrenador de los alevines de Cobisa en un partido que se disputó en abril. Los niños, de entre 10 y 11 años jugaban contra Argés cuando comenzó a llover. En ese momento, el árbitro paró el encuentro, abandonó el terreno de juego y se metió en el túnel de vestuarios durante unos diez minutos, alegando que tenía frío.Tras ser reclamado por el entrenador local, el árbitro decidió reanudar el partido con malos modos. Tras pitar un penalti, expulsó del césped al entrenador del Cobisa, y se refirió a él como «puto negro».

Para detener el racismo en el fútbol, primero debe detenerse en la sociedad. Expulsarlo de los estadios lograría poco si no se expulsa primero de la sociedad.

Los futbolistas del Vilanova de l’Aguda (Lleida) decidieron abandonar el campo antes de tiempo en su partido frente al Bellcairenc. Faltaban solo tres minutos para concluir el partido en el los locales ganaban por 3 a 0, cuando el Vilanova de l’Aguda decidió marcharse del terreno de juego por una serie de insultos racistas que estaba recibiendo uno de sus jugadores.

Si queremos cambiar algo deberemos ser más beligerantes con el tema y si el partido del Rayo – Albacete ha creado de verdad un precedente, el número de partidos suspendidos sería muy grande. Me temo que no pasará y los jugadores negros y racializados seguirán oyendo insultos y sufriendo vejaciones en los campos de España.

Ojalá me equivoque y paremos todos esos partidos donde se practica el racismo.


Ayomide Zuri 

Inconformista, luchadora, africana y mujer negra. @ayomidezuri ayomidezuri@gmail.com


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