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Sobre la solitud de la mujer negra

“Decidiste pasar de mí, pero ahora quieres fastidiarme porque otro hermano se ha fijado en mí. Lloré mis lágrimas por 3 buenos años, no puedes enfadarte conmigo. Porque si te gustaba debiste poner un anillo aquí, no te enfades cuando veas que él quiere poner un anillo aquí. Porque tú tuviste tu oportunidad y ahora vas a aprender lo que se siente al echarme de menos”
“Decidiste pasar de mí, pero ahora quieres fastidiarme porque otro hermano se ha fijado en mí. Lloré mis lágrimas por 3 buenos años, no puedes enfadarte conmigo. Porque si te gustaba debiste poner un anillo aquí, no te enfades cuando veas que él quiere poner un anillo aquí. Porque tú tuviste tu oportunidad y ahora vas a aprender lo que se siente al echarme de menos”

Beyoncé, que enseña su feminismo desde el Destiny’s Child, lanzó en 2008 la canción “Single Ladies ”, donde afirma « si te gustaba debiste poner un anillo aquí”

Este tema musical habla de uno de los síntomas de lo que llamaron “solitud de la mujer negra” que está bajo el paraguas del feminismo negro. La solitud de la mujer negra no se limita sólo al hecho de las dificultades que algunas de ellas tienen para encontrar una relación seria, esta solitud se refleja en varias esferas de la vida y está provocada por el prejuicio y por la creación de los estereotipos.

Este asunto se volvió polémico en Brasil con la divulgación de la tesis de la maestra Claudete Alves de 2008, cuya análisis enseña una desventaja de la mujer negra en comparación con la mujer blanca respecto a las preferencias del hombre negro a la hora de elegir su pareja afectiva.  La situación repercute con más intensidad en las jóvenes negras, independientemente de la clase social.

¿La mujer negra se siente más sola?

Se sugiere las siguientes cuestiones para reflexión, compara la cantidad de mujeres negras y blancas que conoces en cada situación:

Las respuestas que habrás obtenido de tu propia observación probablemente enseñan que la solitud de la mujer negra podría ser observada desde la infancia e ir acumulándose por situaciones de exclusión e invisibilidad durante toda la vida.

Otro punto relevante sería la cosificación sexual de la mujer negra, el estereotipo de mujer “animalesca”, caliente y exótica, encajándola perfectamente en el rol de amante o aventura, pero alejándola del puesto de futura esposa.

El mito de que la mujer negra es más fuerte (y por eso no necesita del mismo cuidado y atención que necesitan las mujeres blancas) también contribuye, por ejemplo, al trato distinto entre trabajadoras negras y blancas. La herencia esclavista nos dejó estigmas intensos que aún deben ser deconstruidos.

La conciencia del tema dentro del feminismo negro profundiza la discusión, ya que la solitud de la mujer negra no puede ser resumida por falta de autoestima (o cuestiones de carácter personal). Existen datos que respaldan su existencia como fenómeno social.

Las participantes del estudio de Claudete, mencionado al principio, concluyeron que la educación formal es un factor importante de rescate de los valores étnicos de la raza negra, posibilitando la identificación de mayor número de personas con estos valores. La visibilidad de estas cuestiones es necesaria para la ruptura de los estereotipos que estigmatizan a los afrodescendientes. El objetivo es concreto: la reconquista de la mujer negra de su valor como persona portadora de dignidad y derecho de ser ella misma, con sus innúmeras virtudes y fragilidades.

La reconquista de la mujer negra al título de mujer. A ser apenas una más, sin que los estigmas existentes la etiqueten como una cosa u otra: apenas una mujer.

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Autora: Mariana Olisa

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