Afroféminas

Adentrándonos en la Literatura Africana

la voz de griot

Hablar de la “Literatura Africana” es muy complejo, es un absoluto categórico esencializado cargado de tópicos que niegan muchas realidades étnicas, culturales, sociales y políticas. No pretendemos hacer un análisis exhaustivo sobre la literatura africana, ni lxs aures, ni sobre la negritud o las otredades, sino aprovechar este espacio e invitarles a acercarse, a engolosinarse, antojarse y saborearse con nuevas formas de expresión, realidad, ficción, resistencia, de memoria, de unidad y lucha.

Nuestra idea principal es relacionar un movimiento artístico que fue ligado a un proceso global político subversivo ante las violencias coloniales de principio de siglo en adelante. La relación del movimiento panafricanista caribeño, el black power movement, el movimiento de “autenticidad” y “negritud” por lxs descendientes africanxs en Europa y el movimiento de liberación nacional que permitió los distintos procesos de descolonización africana. Aunque el arte abarcó en todo su contenido mucho en estas luchas, acá nos centramos en la literatura.

Para ello, nuestra intención será poder abarcar -aunque superficialmente- tres temas literarios, los cuales comparten las fuerzas intrínsecas de violencia colonial, patriarcal, clasista y racial:

Intentar hacer un rastreo cronológico sobre la literatura africana podría llevarnos a un callejón sin salida, ya que la literatura en áfrica es principalmente expresada por medio de tradición oral, y no escrita a diferencia de la literatura en occidente, donde se centra primordialmente en obras escritas, pues  la forma más habitual de la literatura en este medio viene en los libros.

En África el concepto de literatura está cargado por una herencia o influencia que abarca estas tres raíces:

Las tres influencias mencionadas están presentes en la literatura africana. Y sus formas literarias,  ya sean orales o escrita son a través de los proverbios, el cuento, la fábula y la narración histórica. La Poesía, en idioma autóctono o en un idioma extranjero, continúa representando la forma literaria más viva en África. El caso más sobresaliente de la pujanza de la poesía es Somalia, donde se convirtió en un arma política antes de la independencia y continuó siendo, ya en la Somalia independiente, la forma más popular y aceptada de transmitir todo tipo de creación literaria, crítica política y de costumbres. Otro caso es Tanzania donde los periódicos, junto a la sección del correo de los lectores, suelen contar otra dedicada a la poesía, en la que se insertan los poemas enviados por lectores sobre los temas más variados: desde la medicina tradicional hasta comentarios sobre las leyes o las últimas noticias, pasando por los problemas matrimoniales o el índice de inflación.

Como anécdota para comprender la estructura compleja, estética y propia de la poesía africana, recordemos un episodio, cuando con la mejor de las voluntades y un sincero entusiasmo, Andre Bretón saludo a la «joven» poesía negra como el más formidable ejemplo de surrealismo literario, el martinico panafricanista Aimé Cesaire y el senegalés Léopold Sédar Senghor tuvieron trabajo para desilusionarlo, explicándole que lo suyo no era una técnica literaria, sino «la forma habitual de pensar bajo formas cambiantes y metáforas vivas la realidad de África». La Polivalencia en los conceptos comunes, policularidad ante las cosas y hechos presenciados, el hábito de individuxs y grupos de percibir dioses e ideas, bajo ángulos diversos y luces cambiantes, son dos rasgos diferenciales de la historia del pensamiento africano.

En lo respecto a la escritura, lxs escritores africanxs, tomando ejemplo de la literatura oral, y en vez de escribir o cantar por la propia belleza, utilizan la belleza para ayudar a comunicar verdades importantes e información a la sociedad. De hecho, un objeto se considera bello por las verdades que muestra y por las comunidades que ayuda a construir.

Para entender la profunda inmersión política de la literatura africana debemos entender dos corrientes que aunque protagonizada por afrodescendientes (“negrxs” e “idigenes”) se establecen en las diásporas occidentales. Al principio del siglo XX a través de una trasformación del pensamiento africano que se gesta por las irreverencias propias ante el sometimiento blanco, los conflicto inmersos de estos a través de la primera guerra mundial, desde donde son usadxs como carne de cañón, al mismo tiempo que se derrumba el hito del “Hombre Blanco”, como una unidad moral superior -y luego rematadamente tras la segunda guerra mundial que impulsaría los movimientos de liberación nacional-, cristalizan dos acontecimientos en los albores de los años 20 y 30. En US, el Renacimiento de Harlem, y en Europa el Movimiento Nacionalista Cultural Africano, ambos influirán en la creación panafricana que trata de resistir contra la colonización de la mente africana o afroamericana, conocida por “Negritud” y “Autenticidad”. Es un movimiento en el que literatura y política están tan unidos que es difícil decir si era un movimiento cultural que influía en la actividad política o a la inversa.

El Renacimiento de Harlem representara esta fusión entre lo político y lo literario desde las confrontaciones y resistencias del racismo y la homofobia, y el Movimiento Nacionalista Cultural Africano desde los procesos de descolonización cultural y política.

Gran parte de los cimientos que constituyeron este «Renacimiento de Harlem» fueron debidos al historiador y sociólogo W.E.B DuBois que participó activamente en su desarrollo por medio de diversos tratados ( como «The souls of black folk» en 1903) y que además fue uno de los fundadores de la NAACP ( Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color). Autores como Zora Neale Hurston y Nella Larsen y poetas como Langston Hughes, Claude McKay y Countee Cullen escribieron obras para describir la experiencia de ser ‘negrx’ y homosexual, con sede en el Cotton Club y en el Teatro Apolo. En estos años el jazz, el swing y el blues comenzaron a hacer parte de la música popular estadounidense. Y aunque tras la “Gran Depresión” y posteriores IIGM este movimiento se solapa, contribuyó al amanecer del Black Power Movement en US desde que surge otras formas de literatura afro y política como las del escritor y poeta James Balwind, Leroy Jones -Amiri Baraka-, Maya Angelou, etc.. o el movimiento panafricanista caribeño desde donde salen escritorxs vinculados políticamente al movimiento descolonial, antirracista y africanista como Aime Cesarie o Jamaica Kindcaid.

En lo referente al Movimiento Nacionalista Cultural Africano, sus bases fueron cimentadas por personajes como las del poeta y revolucionario nacionalista Leopoldo Sédar Senghor, que creará la revista el L’Etudiant Noir (El Estudiante Negro), y que contribuirá junto Keita, B. Dadié, Cofi y otros, a la revista Presencia Africana (París), que influirá a la creación de otras como Orpheo Negro (Ibadan) y Transición (Kampalas y Accra) para transmitir sus ideas. Este movimiento fue extendiéndose, y escritores como Jean-Joseph Rabeanvelo (Madagascar), Tchicaya U’Tamsi (Congo) y Yambo Ouologuern (Malí) se sumarían al mismo para defender la existencia de una literatura africana, combatir el imperialismo cultural europeo y por el desarrollo de una cultura africana. Desde la narrativa crítica tenemos a Chinua Achebe y Wole Soyinka (Nigeria), y en el Norte, a través de la “Generación Perdida” en el Magreb a Mohammed Chukri y Hamed Charhadi (Marruecos).

Posteriormente tras el proceso de descolonización, y haciendo frentes a otros problemas que no se tuvieron en cuenta desde las lecturas africanistas esencializadas externas, como las del filósofo martiniqués Frantz Fanon, como son el fundamentalismo islámico en el norte y occidente de África y el desmoronamiento del afrocomunismo por diversas formas de totalitarismos, el fracaso de los nuevos derechos de la mujer y el gran papel que hasta entonces tenía por las políticas integristas y las nuevas economías liberales, la escasez de imprentas y editoriales así como el costo elevado de los libros para la renta media africana, donde es difícil opta por el idioma materno debido a los graves problemas de alfabetización en idiomas africanos – recurriéndose al árabe, al inglés o al francés principalmente-, inspiraron un nuevo desarrollo en el matrimonio de la literatura y la política de la mano de nuevos escritorxs, como el keniata Ngugi Wa Thiong’o, el egipcio Khaled al Kamissi, o el gran protagonismo de la mujer como la sudanesa Leila Aboulela, la argelina Malika Mokeddem, la nigeriana Chimamanda Ngozi o la egipcia Nawal El Saadawi. Ya que por tradición oral, una proporción fuerte de autores y cuentistas fueron mujeres. Esto se tradujo en la actualidad en la existencia de una proporción importante de mujeres entre lxs escritorxs.

Siete temas, relacionados entre sí, serán donde se manifestarán las ideas de la «autenticidad».

Dos aspectos que añadiríamos en el actual movimiento cultural africano serian:

Desde acá entendemos cómo los movimientos literarios permitieron entretejer un entramado sistema de luchas que compartían una experiencia, unas violencias, unas resistencias y luchas comunes. Intentamos visibilizar cómo correlacionan y cristalizan en el imaginario de la literatura, y como a su vez esta se vuelve testimonio, legado, y ante todo memoria.

La literatura abarca dos realidades en el tiempo y el espacio. Cuando evoca el pasado, nos es memoria, nos recuerda los errores y las caídas, nos recuerda cuántas veces nos levantamos. Pero a su vez, advenimiento, pues nos avisa de cuánto camino aún nos queda por recorrer. Porque si algo nos ha enseñado la vida, es que en nuestro dilatado caminar de entereza ante las abrumantes injusticias que abordan a la humanidad, no podemos quedarnos mirando “los celajes”, aún tenemos mucho por lo que combatir.

Esta introducción a la literatura africana, Negra y de la Otredad como ya explicamos pretende engolosinar ante una práctica literaria fuertemente inmersa en la lucha antimperialista, descolonial, antirracista y feminista.

Si hemos cometido errores, o nos faltó resaltar algo, créanos que agradecemos su aporte, porque ante todo este medio es un espacio de crecimiento, de construcción, de compartir.

Autores: Colectivo La voz de la Griot

http://lavozdelagriot.wix.com/lagriot

Fuentes consultadas:

 

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