La reciente entrevista que le concedieron los duques de Sussex al programa de Oprah Winfrey no ha dejado de ser noticia durante los últimos días. En la entrevista Meghan y Harry han revelado una serie de cuestiones que han resultado polémicas, entre las que destaca una acusación de discriminación que el hijo de la pareja ha sufrido por parte de miembros de la realeza británica.
Meghan Markle contaba abiertamente a Oprah que miembros de la corona habían tenido conversaciones con ellos sobre la preocupación por el color de piel de su hijo Archie. En resumen, lo que venía a decir la duquesa de Sussex es que dentro de la familia real británica que su hijo fuese de piel más oscura supondría un problema mayor a que su piel fuese más clara.
Personalmente, toda esta situación me lleva a reflexionar sobre una cuestión de gran peso de lo que no se suele hablar mucho o se desconoce, y creo que con esta entrevista los duques la han sacado a relucir. A la situación que me refiero es a ese racismo interno que también vivimos las personas negras y racializadas de a pie en los entornos familiares, porque se suele pensar que en la mayoría de las ocasiones el racismo viene de fuera, de personas externas, ¿pero qué sucede cuando lo sufres en los entornos donde deberías sentirte más seguro? en estos casos aquí la cosa se complica aun más, y como se puede comprobar, no importa que pertenezcas a la realeza o seas un ciudadano normal para vivirlo en tus propias carnes.
De Meghan Markle la prensa británica ha dicho un montón de barbaridades y ha hecho comparaciones desafortunadas . Siempre ha sido muy dura con la duquesa desde el primer día, como también lo fueron con su difunta suegra, Diana de Gales, pero en esta ocasión han arremetido también de manera racista contra Markle llegando a comparar a su hijo con un simio o exotizando sus raíces africanas. Y para colmo si no era suficiente que tuviera que lidiar con el racismo ejercido por lo medios ahora ese racismo se sigue perpetuando dentro de su ámbito familiar, algo que sucede también en familias de parejas interraciales. La mezcla de étnias o culturas es comúnmente mal vista desde hace mucho tiempo, y como hemos podido comprobar la boda de Meghan y Harry fue muy controvertida por esta misma cuestión racial.
La clase social entonces, no te excluye de vivir el racismo y esta pareja es un claro ejemplo de ello. La respuesta que están dando los medios a la noticia sobre la discriminación por el color de piel de Archie es la de señalar a Meghan como una mentirosa, destacando eso sí, que todas las personas que dicen no creerla en los debates de los programas televisivos son blancas, por lo que muchos de esos argumentos me resultan bastantes vacíos. Y aun siendo verdad o no esas declaraciones, está claro que lo que más preocupa a la población es como se ve la imagen de la Reina Isabel II u otros de miembros de a corona como el príncipe William, quien citaba en un comunicado que “ The royal family is very much not a racist family” (“No somos una familia racista”).
Una vez más, quién señala el racismo se ve más criticado que el racismo que se señala en sí. Pero peor aún es cuando dentro de tu familia, de la familia de tu pareja o de tu circulo más cercano ese racismo es señalado y la que peor parada sale de todo ello eres tú.
Cynthia García
Graduada en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid