Cuento de la Negrita y su maletita

Había una niña negrita de esas que una vez que la conoces, es difícil que la puedas olvidar. Ella tenía unos rizos gruesos y tan negros como el azabache mismo. Ellos eran el recuerdo y el testimonio vivo de su historia y orígenes afro. Sus ojos morenos expresaban tal delicadeza y alegría que podía contagiarla a quien la rodeaba.