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jueves, marzo 28

Discriminación múltiple y empoderamiento

 

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Ultimamente se habla mucho del empoderamiento de la mujer. Empoderar es una palabra maravillosa, se trata según la RAE, de hacer poderoso o fuerte a un grupo social desfavorecido. En este enclave se encuentran las mujeres y las minorias étnicas.

Pero, ¿por qué es necesario el empoderamiento de la mujer?

La ONU nos muestra los principios del emponderamiento de las mujeres afirmando que, si queremos crear unas economías más fuertes, lograr los objetivos de desarrollo y sostenibilidad convenidos internacionalmente y mejorar la calidad de la vida de las mujeres, es fundamental empoderar a las mujeres para que participen plenamente en toda la vida económica, en todos sus sectores.

Las desigualdades también se traducen en sueldos más bajos, entre un 10 y un 40% menos que el salario de un hombre que, al contrario de lo que se espera, es contraproducente para la economía. De hecho, según estudios de la OCDE supone una pérdida del 25% del PIB de la región.

Estos son algunos de los principios para su empoderamiento:

– Promover la igualdad de género desde la dirección al nivel más alto.

– Tratar a todos los hombres y mujeres de forma equitativa en el trabajo; respetar y defender los derechos humanos y la no discriminación.

– Promover la educación, la formación y el desarrollo profesional de las mujeres.

– Evaluar y difundir los progresos realizados a favor de la igualdad de género.

La discriminación por razón de género es el denominador común en la mayoría de las sociedades, aunque con ciertos matices, que obstaculizan el progreso hacia la igualdad, esto es, no se pueden tomar las mismas acciones para empoderar una mujer de origen inmigrante, que a una mujer de raza blanca nacida en el norte de Europa, de hecho, según las cifras, al hablar de presencia en el mercado laboral de la mujer; una de las medidas para evaluar la discriminación por razón de género, en los países del norte del mediterráneo la cifra aumenta a un 50% frente a un 25% en el norte de África. Hay regiones y características de mujeres en las que hace falta más recursos para la consecución de los objetivos de arriba.

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A su vez, al hablar de empoderamiento de la mujer, primero habría que tener en cuenta varios aspectos de su entorno sociocultural y sociopolítico, esto es, reconocer aspectos de su realidad que, no necesariamente comparte con otras mujeres, ya que no es lo mismo desde el punto de vista socioeconómico ser mujer, ser mujer afro, ser mujer inmigrante o mujer, inmigrante y afro a la vez. Este hecho nos lleva a hablar de discriminación múltiple, este concepto de origen anglosajón, lo describió muy bien Fernando Rey en el Marco de la Cuarta Conferencia Mundial Sobre las Mujeres de Beijing en 1995  “las múltiples barreras que impiden a algunos grupos de mujeres avanzar en la igualdad real”.

Al parecer, las mujeres de minorias étnicas, deben salvar no solo la barrera de discriminación de género, sino también barreras de discriminación racial, social, etc.

La discriminación múltiple fue reconocida por el Parlamento Europeo en su resolución de 2 de abril de 2009 y marca una serie de procedimientos para su detección:

a) en una combinación de los motivos de religión o convicciones, discapacidad, edad, orientación sexual, etc

b) en uno o varios motivos contemplados en el apartado 1 y también en uno o varios de los siguientes:

i. En el sexo

ii. En el origen racial  o étnico o

iii. En la nacionalidad

La discriminación tiene múltiples formas, que una persona este expuesta a dos o más motivos discriminatorios, la hace más vulnerable.

Para ponernos en situación, de haber un ranking de discriminaciones, la discriminación múltiple es el top 1 y es en ella donde se encuentran la mayor parte de mujeres y, en especial, las mujeres de minorías étnicas, por ésta y por varias razones el empoderamiento de la mujer de minoría étnica es urgente.

Aunque si bien es cierto que existe cierta urgencia del reconocimiento de la mujer en un papel activo y de líder en la sociedad, no podemos edificar la casa desde el tejado, en este sentido, y atendiendo a uno de los principios necesarios que plantea la ONU para el empoderamiento de la mujer, es en la educación, la formación y el desarrollo personal, donde se encuentra la base sólida y fundamental para dicho reconocimiento. La educación, como motor del cambio, no entiende de procedencias, ni de cuestiones de género, lo que aprendes, nadie te lo puede arrebatar. Por ese motivo animo a las mujeres a buscar ayuda, de ser necesaria, para formarse y continuar con su educación, al fin y al cabo, no es lo mismo un puñado de mujeres con buenas razones para defender su etnicidad y su posición en el mundo, que un ejército.

 

Autora: Marjorie Paola Hurtado

educacioncontraladiscriminacion.org

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