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jueves, marzo 28

Mi princesa de Ébano. Sobre las expresiones “de cariño” hacia personas racializadas

Cuando ven a una negra
la empiezan a piropear
y no es por los piropos
sino por lo que han de hablar”

Sulia Caicedo Vivas

La incomodidad es increpante, y se vuelve una necesidad cuando de hablar de racismo se trata. Sin embargo, aunque se pueda encontrar abundante información en la web y redes sociales sobre el racismo, hay prácticas que se mantienen fervientes en la psique social. Y que históricamente son el resultado de que los europeos blancos “aparecen como representantes del poder hegemónico, con el mandato ‘cuasi divino’ para dominar pueblos…bárbaros, salvajes, carentes de cultura.” (Chalá, 2013) El proceso de esclavización requirió de múltiples dispositivos que tuvieran como resultado la sumisión de los cuerpos africanos, grilletes, cadenas, etc., se usaron con ese fin. Pero, en el camino la deshumanización fue el eje central.

Ahora bien, ¿Por qué es importante mencionar esto? Pues, porque no siempre los discursos racistas se asientan sobre lo que es “evidentemente molesto”. Sino, que se disfrazan en frases sutiles, que difícilmente son cuestionadas. Frases como “eres negrita pero inteligente”, “para ser negro eres bastante amable”, “eres una negrita diferente” o “mi princesa de ébano”. Desarticular estas frases, analizarlas es un ejercicio casi automático para quienes hacen parte de las discusiones frecuentes sobre el racismo, pero ¿Qué pasa con las personas que no? Decir “mi princesa de ébano” es un halago dirán, de tal manera que es una exageración considerarla una frase racista. ¿Qué daño hace? ¿Dónde está lo ofensivo?

Bueno, a simple vista y –al menos en la forma de hablar latinoamericana- es bastante común expresar cariño con el adjetivo ‘mi’. Este ‘mi’ expresa e implica pertenencia: ‘mi cama’, ‘mi casa’, ‘mi auto’, y la pertenencia se manifiesta sobre cosas. Es decir, al referirse como ‘mi…’ a alguna persona implícitamente se está cosificando a la misma.

Luego, ‘princesa’, la belleza, la delicadeza y por último la inutilidad de la construcción de princesas se ha discutido en múltiples ocasiones por movimientos feministas; y sobre la importancia de no criar niñas princesas, sino empoderadas a partir de su propia voz. De tal manera que, sería inoportuno explicar nuevamente los motivos por los que su uso desconoce la fortaleza femenina. Y, finalmente ‘de ébano’. El ébano es un tipo de madera que se caracteriza por su color negro, su nombre ha sido usado como símbolo de belleza de lo negro, y particularmente de la belleza de las mujeres negras, afrodescendientes, palenqueras, cimarronas y garífunas.

Al juntar todo quedaría algo así: “mi bonita e inútil cosita negra”, y por supuesto se podrá decir que esa no era la intención inicial al usar la frase como un halago. No obstante, los discursos se construyen a partir del significado de las palabras y también de la historia de las mismas. En última instancia, es mucho más fácil –y respetuoso- dirigirse a una persona por su nombre, que intentar adornar su evidente identidad étnico- racial, con palabras o frases que pueden resultar siendo más ofensivas que agradables.


Referencias

Chalá Cruz, José. Representaciones del cuerpo, discursos e identidad del pueblo afroecuatoriano. Universidad Politécnica Salesiana, 2013

Caicedo Vivas, Sulia. Poesías, Sueño o Realidad. Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión” Núcleo de Esmeraldas, 2018


Kimberly Minda Borja

Soy una mujer futura mamá negra, cimarrona, afrodescendiente, afroecuatoriana -en ese orden de importancia- interesada en la investigación de criminalización, derechos humanos y afrodescendencia con una mirada de seguridad internacional.

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