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miércoles, abril 24

Tracee Ellis Ross reivindica el lugar de las mujeres negras mayores de cuarenta años en Hollywood

Si una palabra define a Tracee Ellis Ross es, posiblemente, polifacética, ya que es mundialmente conocida por su trabajo como actriz, pero también como modelo, cantante, presentadora, emprendedora de belleza, directora ejecutiva o productora. En la actualidad ha cobrado especial relevancia gracias a su papel en la comedia Black-ish, de American Broadcasting Company (ABC), por el que fue nominada al Emmy y ganó un Globo de oro como mejor actriz principal en 2017, siendo la primera mujer negra en conseguirlo desde Debbie Allen en 1983. La serie narra la historia de una familia afroestadounidense de clase media-alta, que vive en un vecindario mayoritariamente blanco de Los Ángeles y que lidia con problemas relacionados con su raza.

Hija de la cantante Diana Ross, la actriz nace en Los Ángeles el 29 de octubre de 1972 y comienza muy pronto su andadura como modelo. Aunque también actúa en varias obras teatrales, su debut como actriz llega en 1996, dando vida a una mujer judío-afroestadounidense en la película independiente Far Harbor. Después de varias producciones no comerciales, en el año 2000 alcanza el éxito con el personaje de Joan Carol Clayton, una neurótica abogada en busca del amor, en Girlfriends. Esta actuación le valió dos premios NAACP Image Award, en 2007 y 2009, aunque fue nominada hasta en ocho ocasiones.

En 2014 estrena Black-ish, donde encarna el papel de la doctora Rainbow Johnson, médica, esposa y madre de cinco hijos. “Es realmente interesante ser mujer y llegar a los 45, no estar casada y no tener hijos. Especialmente cuando acabas de parir a tu quinto hijo por televisión”, ha comentado la actriz sobre el hecho de dar vida a un personaje tan diferente a su situación real, aunque ella misma denuncia haber sido criticada o juzgada por no estar casada y no ser madre. “Soy una buena amiga, una hija sólida, una trabajadora, mi crédito es bueno, saco la basura antes de que huela mal, reciclo y ¡gané un Globo de Oro! y a veces es como si todo lo que he hecho y quién soy no importara”, confesaba a este respecto en una entrevista para Ophra Winfrey en 2018.

De hecho, la artista se ha aquejado de lo injusto que es Hollywood con sus actrices al pasar la cuarentena. “¿Por qué llegas a cierta edad y dejas de soñar? Todavía vivimos en un mundo donde la discriminación por edad, el sexismo, el racismo están vivos y coleando”, le contaba a Sam Sanders en su espacio “It’s been a minute” el año pasado. Además, destacaba la artista el ejemplo de otras mujeres que le causan admiración. “Mira a Michelle Obama. Mira a mi mamá. Mira a Jennifer López. Mira a Sanaa Lathan. Mira a Gabrielle Union”.

La artista ha sacado recientemente una línea de productos para el cabello con el fin de reivindicar los rizos de las mujeres negras. Fuente: Thecut.com

Además de los galardones que hemos señalado, ha conseguido otros muchos, como el premio NAACP Image de 2015, 2016 y 2017 a la mejor actriz en una serie de comedia, el premio Fierce and Fearless en el almuerzo ESSENCE Black Women in Hollywood 2016, así como varias nominaciones a los Emmy en 2016, 2017 y 2018 y a los Critics Choice en 2016 y 2017.

La clave del éxito que ha cosechado Black-ish frente a otras de sus obras, según la propia Ross, se encuentra en el hecho de que un matrimonio negro viviera en el momento de su estreno en la Casablanca. Girlfriends había estado ocho temporadas en antena y se convirtió en aquel tiempo en la sitcom en vivo con mayor duración en Estados Unidos, pero “el panorama de la televisión no era el mismo”, ha dicho Ross. La segregación seguía muy presente a principios de los 2000 y eso conllevaba que una serie con un reparto completo de actores negros fuera también interés de un público eminentemente negro. De hecho, a la artista le sorprendía que, a pesar de su éxito, no la invitaran a programas de televisión en prime time o a eventos de alto renombre. “No era una cuestión de cuántos ojos estaban viendo el programa. Era una cuestión de qué ojos estaban mirando”, ha añadido.

Otras producciones que podemos destacar de su repertorio son la serie BET Reed Between the Lines, que también produjo; la serie de cortometrajes Five, una colección de cinco cortometrajes emitidos en Lifetime en octubre de 2011; y películas como Lili, dirigida por Alicia Keys y producida por Jennifer Aniston y Paula Wagner, entre otras.

Además, la artista es oradora motivacional. Creó en 2014 Tapping into your creative well, un taller que anima a sus participantes a descubrir y utilizar su alegría interior para mantener sus vidas en curso. Y trabaja en estrecha colaboración con chicas adolescentes como voluntaria en Aviva Family and Children Services en Los Ángeles y el programa Big Brother-Big Sister, donde ha realizado actividades para reforzar la autoestima por todo el país. Por su activismo, precisamente, fue condecorada por la Liga Urbana de Los Ángeles como voluntaria del año en 2004 y recibió en 2009 el Premio Impact de la Organización Aviva.

Pero no acaban aquí los hitos de Ross. Si en algo ha destacado también ha sido en su ejercicio como modelo, que inició como una forma de expresión de sí misma. “Pasé años jugando a disfrazarme en mi armario como una forma de encontrar algo de libertad o algo de poder y cuanto más descubría quién era realmente, más podía perfeccionar mi expresión creativa a través de la ropa”, ha comentado. Ella aboga por el uso de la moda como herramienta para la transformación, por eso no ha dudado en dar visibilidad a diseñadores raciales en diversos actos, como en los American Music Awards, o en unirse al llamado para vestir de negro en los Globos de Oro, como muestra de solidaridad con las mujeres que han sufrido acoso sexual. A este respecto, la actriz es cofundadora del movimiento Time’s Up, creado en 2018 para luchar contra el acoso a las mujeres en Hollywood.

Asimismo, tiene su propia línea de productos para el cabello, Pattern, que nació para las mujeres negras que como ella querían lucir orgullosas sus rizos. “Me di cuenta de que era parte de una comunidad de personas a las que la sociedad les había dicho que nuestros rizos, nuestra textura, nuestro patrón, nuestro cabello que desafía la gravedad, en realidad no era sexy, ni hermoso ni adorable”, ha señalado sobre cómo surgió esta idea hace poco más de diez años.

En 2020 estrenó The High Note, una película dirigida por Nisha Ganatra, en la que Ross interpretar a una cantante superestrella, Grace Davis, en la que pudo probar sus dotes como cantante por primera vez. Además, con motivo de las pasadas elecciones en Estados Unidos, protagonizó en Zoom where it happens una reinvención de Las chicas de oro por un reparto exclusivamente de mujeres negras, junto a Regina King y Alfre Woodard, que pretendía concienciar de la importancia de que los afroestadounidenses acudieran a las urnas.

La actriz no dudó en vestir de negro en la entrega de los Globos de oro de 2018 para protestar por el acoso sexual que sufren las mujeres en Hollywood. Fuente: YoDona

En la actualidad sigue grabando Black-ish, que ha derivado, gracias a su éxito, en dos spin-off. La primera es Grown-ish, que narra la historia de la hija mayor de los Johnson, Zoey, cuando esta se va a la universidad y comienza su vida como adulta, y ha contado con la colaboración de Ross como estrella invitada. La segunda, Mixed-ish, expone los primeros años de su propio personaje como parte de una familia mestiza en la década de los ochenta y en la que Ross interviene como narradora. 

La actriz es muy consciente de la importancia que tiene su aparición en pantalla y cómo puede ayudar a romper ciertos estereotipos. “En Black-ish no soy solo la esposa. No soy solo una médica. No soy solo una mamá. Soy todas esas cosas. Y mi punto de vista no se ve en relación con el de mi pareja en la ficción, se basa en mi experiencia y en mi vida.”. Así, ha contado como en algunas ocasiones cuando el guion señala que en una escena ella está realizando ciertas labores del hogar, como cocinar, por ejemplo, directamente plantea a los guionistas por qué debe hacerlo si no es algo fundamental para la trama, llegando a cambiar la situación por un contexto en el que revisa su ordenador, bebe una copa de vino o sostiene un libro.

Igualmente, para ella es de vital importancia constatar cualquier victoria que alcanza una mujer negra, porque “siento que es un techo que se rompe”, incluso cuando solo se trata de una simple nominación, porque esto revela su presencia, aunque no consigan el premio. “Hemos estado contando nuestras historias, siendo nuestras historias, estando en nuestras vidas, dirigiendo nuestras vidas, haciendo nuestras vidas. Entonces eso no es nuevo”, señalaba justamente cuando se le preguntaba cómo le hacía sentir ser la primera mujer negra en ganar un Globo de Oro en 35 años.

Natalia Ruiz-González


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