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jueves, marzo 28

Esther Jones, la mujer negra que dio origen a Betty Boop


Betty Boop, el icónico personaje de dibujos animados símbolo de las chicas flapper de los años  veinte, caracterizado por su presentación de la sexualidad y la provocación de manera  despreocupada, cumple este año 90 años y aunque siempre se ha pensado que estuvo inspirado en  la actriz y cantante Helen Kane, fue la artista afroestadounidense Esther Jones quien dio origen a este  fenómeno mundial.  

En 1930 Max Fleischer y Grim Natwick crearon al personaje de Betty Boop inspirandose en la  imagen y el estilo de la cantante de Jazz y residente en Harlem Esther Jones, más conocida por su  nombre artístico “Baby Esther”, que actuaba en el Cotton Club de Nueva York en los años veinte.  Su estilo único a la hora de cantar con sonidos infantiles, su imagen infantilizada y su característica  frase “Boop-oop- a-doop” se convirtieron en su insignia la cual llamó la atención de Fleischer para  convertir a esta artista en la musa de su caricatura. La cantante Helen Kane al ver este peculiar  estilo de Jones se apropio de él y comenzó a utilizar los característicos “boops” en sus canciones  adjudicándoselos a su seña artística. Tras ver que Max Fleischer lanzó el primer cortometraje de  Betty Boop, Helen Kane quiso demandarle por robarle su personalidad como artista, pero perdió el  juicio en el que se conoció que “Baby Esther” era la verdadera inspiración del dibujo, y los  argumentos de Kane no fueron validos pues ella se había adueñado del estilo de Esther Jones y no  merecía ninguna indemnización económica por ello.  

A pesar de haberse reconocido en el juicio que Esther Jones fue realmente la inspiración del  personaje, nunca fue recompensada por ello. Nadie recuerda a esta mujer quién al igual que muchos  otros artistas negros de la época fueron víctima de una apropiación de sus propios estilos,  invenciones e incluso de una imagen que ha sido blanqueada para obtener el máximo beneficio sin  proporcionar el reconocimiento, que como en este caso, se merecía a la artista de Harlem por ser la  causa de su origen.  

La verdadera Betty Boop ha permanecido en el olvido mientras otros obtenían beneficio a su costa,  con camisetas, películas, pegatinas… y un sin fin de imágenes que han circulado por medio mundo  donde todavía muchas personas siguen pensando que la cantante Helen Kane o la actriz Clara Bow  son la razón de la existencia de Betty Boop. 



La historia de Esther Jones es una evidencia del Whitewashing o blanqueamiento que siempre se ha  dado en el cine de Hollywood y en la televisión, desafortunadamente en demasiadas ocasiones en  las que se anulaba el origen afrodescendiente de los personajes y se buscaba la bonificación de la  estética blanca como algo comercial, ignorando completamente ese origen negro o racializado del  que se pretendía alejar.  

Betty Boop siempre ha aparecido como un personaje de tez blanca haciendo difícil imaginar que  detrás de él este la historia de una mujer negra sin la cual a día de hoy no existiría ese icono sexy de  dibujos animados, que en una sola ocasión fue representada con tez más oscura en un cortometraje  junto a “Popeye” pero posteriormente fue eliminado y no se ha vuelto a ver a este personaje en esa  representación.  

Quien sabe cuantas historias como estas se hayan perdido en el olvido, en las que personas negras y  racializadas eran merecedoras de estar en primer plano y que al igual que Esther Jones mecían algo  más, mucho más que los que otros han conseguido en su nombre.


Cynthia García

Graduada en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid


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