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viernes, marzo 29

Las estadísticas: una cuestión de fe

CENSOS Y DATOS OFICIALES

En esta columna decidí compartir con todes una suma de situaciones de las que me ha tocado ser testigo o partícipe o simplemente escuchar y observar.. y se trata de plantear una actitud repetitiva e insistente de la población no afro de poner en duda la situación de la población afro incluso negando o cuestionando datos oficiales, bajo argumentos como » no es tan así» o » yo creo que eso no es verdad».

Lo que lleva a plantear los posicionamientos frente a las políticas públicas y acciones afirmativas por ejemplo. Y su aparente incomprensión a nivel social desde el ciudadane de a pie.

Estamos de acuerdo en que, la información es poder y que sólo se puede tomar acciones para transformar o revertir una situación o condición cuando ese fenómeno se conoce, por tanto no existe la posibilidad de hacer políticas públicas sin antes, haber generado conocimiento. En el caso de la población afrouruguaya así como de otras mal llamadas minorías la cuestión es que, hemos sido tan minorizadas históricamente que ni en los registros oficiales hemos aparecido,lo que ha producido lo que se denomina la “invisibilización estadística” y por eso nuestro reclamo histórico sobre la necesidad de disponer de información confiable sobre las características étnico - raciales de la población nacional.

Siguiendo a la profesora Mónica Olaza, el primer relevamiento sobre estas cuestiones data del censo de 1852, en el que la variable relevada se basó en el  “color” de la población, o sea que, en este censo se clasificó a la población por blancos, negros, mestizos y no especificados. Este censo como buen hijo de su tiempo se diseñó e implementó bajo la episteme y racionalidad propias del siglo XIX, fuertemente colonialista y racializada.

A partir de 1996, la Encuesta Nacional de Hogares incorporó el ítem raza,o sea, si bien se cambia la denominación de color a raza, bajo la influencia seguramente del poder científico que ya desde el siglo XIX estaba presente pero que en el siglo XX puede decirse estaba arraigada y proponía la legitimidad de ese concepto de raza, igualmente a pesar de este cambio se mantiene el criterio de clasificación  y en 2006 se vuelve a relevar en la Encuesta Nacional de Hogares Ampliada (Instituto Nacional de Estadística, 2006). Vale decir, que esto fue un logro de la sociedad civil organizada que reclamaba ya en esa época la necesidad de generar datos para visibilizarnos nacionalmente y objetivar la situación del colectivo territorial y localmente. Posteriormente, en el Censo 2011 se incorporó dos preguntas sobre ascendencia racial: ¿Usted cree tener ascendencia … afro/negra, blanca, asiática, indígena u otra? seguida de ¿Cuál considera que es la principal?.

Hubieron otros intentos de relevamiento de esta variable tanto en censos de población como en los registros de defunciones, por ejemplo, donde el criterio sigue siendo ambiguo y también la intención de su relevamiento, ya que,  en estos registros la cuestión étnica queda asimilada a la idea nacionalidad (gran gran error!!)por lo cual la población afrodescendiente aparece como “africanos”. Podríamos suponer, que esto produjo y reprodujo la idea de nuestra idiosincrasia de que «los y las negras no son de acá», «esta población no es de acá” o “esta población no es nuestra».

Y, es cierto, han habido grandes avances al respecto, y desde hace una década al menos se viene dando un desarrollo innegable en lo que respecta al reconocimiento y reparación de la situación histórica de la población afrouruguaya.Desde la institucionalidad estatal, mejorando la información estadística, creando grupos de estudio e investigación relativos a afrodescendencia y temas afines en varios niveles del gobierno, en varios órganos estatales se han creado lo que se conoce como mecanismos de equidad racial, con diálogo con las organizaciones civiles, interinstitucionales, intersectoriales, etc… Pero, lo que aún no se han dado son intervenciones concretas a nivel social que coadyuven a la políticas públicas y sociales a revertir el racismo inherente de nuestra sociedad. Racismo que se manifiesta de diversas formas, sobre todo sutiles y aparentemente desde la»buena voluntad» o la «simple curiosidad» por ejemplo cuando te preguntan:

Pero, vos sos uruguaya? Por que hablas muy bien para ser uruguaya!!

O, vos sos uruguaya? Pensé que eras brasilera, con esa onda que tenés!!

O, (el último hit) ah! para mí que eras dominicana o algo de eso, viste que ahora hay tantos por acá… (y, antes, dónde se piensan que estábamos!!??). La negación  da cuenta de la mentalidad colonial del uruguaye actual … y como no?! Es innegable la mentalidad colonial de nuestra población, y esa misma mentalidad es la que habilita a que aparezcan las dudas,las incredulidades cuando las personas afro expresamos lo que implica ser un sujeto o una sujeta racializada en este sistema mundo. Los Brasileños, tienen un término genial para esto : Achismo; eu acho, el yo creo, yo pienso que, a mi me parece, etcétera.

¿Cómo se puede definir el achismo? una búsqueda rápida por internet te muestra que: “es la tendencia de la persona que evalúa las situaciones siguiendo sus propias opiniones o intenciones, generalmente sin explicación o motivo”… o sea, es la pseudociencia del preconcepto. El hablar sin bases, como en los programa de tv actuales que proponen el tema del día, o trayéndolo al plano más tecnológico la opinología de las redes, por ejemplo.

El viejo dicho de “si no lo vivo no lo creo”, es todo un problema, porque la realidad es innegable y los datos están y frente a ellos, es creer o  reventar!.

Puedo llegar a entender a quienes vienen descubriendo y recién comienzan a  saberse una sujeta privilegiada, claro que molesta, molesta que te lo hagan notar, que te lo señalen.. es doloroso… por qué nunca lo viste, siempre  creíste en la meritocracia, en que tus logros son pura y exclusivamente tuyos y que antes de vos nadie nunca hizo nada para allanarte el camino…. Sí esa es tu postura, volvé a revisar la historia, todos los derechos qué gozas hoy por derecho de nacimiento fueron la lucha de otros y otras muchas otras que te precedieron, en Uruguay en la región o al otro lado del mundo. Ellas batallaron, vos disfrutas. Y  Esas conquistas del pasado, son tu base de desarrollo y de vida hoy. Ahora, imagínense lo doloroso que puede ser reconocerse como una sujeta restringida aún hoy de esas posibilidades.

Ambas caras son dolorosas, por que los que duele es la inequidad, la desigualdad, y todas sus consecuencias.

 A ver, qué dice el achismo de… estos datos…. si yo les digo que: 

  • Que aún siendo hoy el 10% de la ;población, de cada 10 chiquilines que llegan al liceo, 3 terminan ciclo básico y 1 llega a la educación superior…. 
  • que a pesar de que uruguay  redujo significativamente la pobreza  40% (2005) a un 9,7% (2015) la población afro sigue en su mayoría sumergida en ella, y que Las principales Necesidades Básicas Insatisfechas entre los afrodescendientes son: Confort 37,1%, Vivienda 25,8%, Educación 14,5%… o sea, un techo, condiciones dignas de existencia y formación. 
  • o que, la violencia basada en género y el racismo estructural se encuentran interconectados  y que está estudiado y demostrado que las mujeres afrodescendientes declara haber vivido este tipo de violencia en los espacios públicos en su vida un 10 % más que aquellas que poseen otras ascendencias étnico-raciales.

Por que, entre otras causas, en el caso de las mujeres afro se observa una hipersexualización de sus cuerpos en el habitar urbano, una mayor intención de territorialización de los varones sobre sus cuerpos (diagnóstico sobre la violencia hacia las mujeres en espacios públicos en montevideo,2018).

Y no es necesario que sea un hombre… yo he vivido acoso por parte de mujeres y no porque me estuvieran acosando, si no por el simple hecho de transgredir el espacio personal. Por ejemplo al tocarme el pelo sin autorización, sin previo aviso y sin más motivo aparente que…. “dicen que el pelo de los morochitos da suerte” exotizando nuestra existencia, cosificandonos y convirtiéndonos en fetiches.

En este sentido, recordemos que desde hace dos años más menos o sea, desde diciembre de 2017 tenemos en Uruguay  la Ley N° 19580  LEY DE VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES BASADA EN GÉNERO que pretende garantizar a las mujeres el goce efectivo de una vida libre de toda forma de violencia. Desde Diálogo Político de Mujeres Afrouruguayas fuimos parte de este proceso, de diseño y redacción de la ley  y a través de esa participación activa logramos incluir una forma específica de violencia: la violencia racial; que hasta entonces, no había estado siquiera contemplada por las organizaciones que desde la sociedad civil así como también desde el movimiento feminista estaban involucrados, y a poco de que la ley fuera  revisada ante el parlamento no estaba contemplada en el documento ni en la reforma realizada desde diputados a senadores ni cuando pasó nuevamente de senadores a diputados. En el artículo 6 donde se explicitan las formas de violencia, el inciso R define Violencia Étnica Racial de la siguiente forma: Constituye este tipo de violencia, toda  agresión física, moral, verbal o psicológica, tratamiento humillante u ofensivo, ejercido contra una mujer en virtud de su pertenencia étnica o en alusión a la misma; provocando en la víctima sentimientos de intimidación, de vergüenza, menosprecio, de denigración. Sea que este tipo de violencia sea ejercida en público, en privado, o con independencia del ámbito en el que ocurra.

El imaginario social y las imágenes de control (al decir de Patricia Hill Collins)  llevan a acrecentar las brechas y profundizar las desigualdades sistémicas, las imágenes de control no deben ser confundidas o comparadas con el concepto de esterotipo sino que además de el estereotipo son imágenes que hacen parte de las relaciones de poder, ya que inciden en la forma en que ciertas poblaciones son tratadas,la forma en la cual las poblaciones reciben esas imágenes de ellas mismas y a su vez, como las poblaciones responden y accionan a ellas como lugar de resistencia. Patricia Hill Collins (académica feminista estadounidense) nos da una pista acerca de esta actitud del achismo que pone en duda la vericidad las experiencias de colectivos enteros, minorizando a las minorias y subestimando los efectos a  nivel individual y social de las manifestaciones del racismo en este caso:

“Cada grupo habla desde su propio punto de vista y comparte su propio conocimiento parcial, situado. Pero dado que cada grupo percibe su propia verdad como parcial, su conocimiento es inconcluso. Cada grupo se transforma en el más capacitado para considerar los puntos de vista de otros grupos sin renunciar a la singularidad de su punto de vista o a las perspectivas parciales de otros grupos. Parcialidad, y no universalidad, es la condición para ser escuchado”. 

O sea, que la  respuesta a los opinólogos es: sí, es verdad, las personas afro no somos les úniques perjudicados por la discriminación, también existe la gordofobia, la homolesbotransfobia, el capacitismo que reduce la situación de discapacidad de alguien a sólo una cuestión de salud-enfermedad, etcétera. Lamentablemente son muchas las formas de discriminación que  se generan cotidianamente y son muchos los motivos que los impulsan, PERO: hablar sobre una de ellas no significa omitir, negar, invisibilizar o dudar de que las otras realidades de desigualdad e inequidad existan, al contrario. Que nos disguste sabernos racistas y que ese disgusto se manifieste en negación parcial o total en el discurso social es reflejo de racismo “de costumbre”, al decir de Rita Segato, un racismo automático  que se expresa en lo socialmente establecido y que no se cuestiona; lo que lleva a que además de las condiciones económicas, políticas, históricas , sociales y culturales de la ideología de este racismo estructural, hoy en pleno siglo XXI estén tan presentes los mecanismos más o menos visibles de desigualdad que nos condicionan a perpetuar el rezago en el acceso a la educación, al mercado laboral etcétera, etcétera, etcétera.

Y me sorprende poderosamente cuando escucho ¿Por qué es  necesario incluir la variable étnico-racial en los registros estatales? Y,  bueno, mire usted: los datos están, pero, qué se hace con esos datos? acaso, como sociedad, nos preguntamos cómo llegamos a ellos? o sea, de dónde nacen estas brechas? dónde se originan estas desigualdades? hay datos que rompen los ojos.

Desde la sociedad civil organizada hemos reclamado desde siempre la necesidad de contar en los registros oficiales con datos sobre ascendencia étnico-racial de nuestra población, por que es la única manera de realizar políticas públicas, políticas focalizadas y acciones afirmativas, afinando los  Instrumentos para revertir estas desigualdades estructurales.

Basta de preguntarnos ¿por qué las políticas focalizadas y las acciones afirmativas no son bien recibidas? FALTA HILAR FINO en el imaginario social para que la idiosincrasia uruguaya se transforme… porque cumplir con los acuerdos internacionales  no basta para transformar realidades, por que, lo más importante es incidir en las transformaciones de las relaciones más cotidianas a través de la visualización y concientización de la existencia de racismo en el lenguaje, en las relaciones interpersonales, es urgente accionar propositivamente  en los programas escolares y en los procesos de selección en el acceso al empleo, trabajando para erradicar el racismo en todas sus formas, condenando todas sus manifestaciones, esto convencida mis queridas mabeles que la equidad racial se construye en gerundio…. diciendo y haciendo!!


Fernanda Olivar

Antropóloga Social
Especialista en Políticas Sociales
Integrante del colectivo Diálogo Político de Mujeres Afrouruguayas y del colectivo Mujeres y
discapacidad.
Docente universitaria y tallerista en afrodescendencia y derechos humanos.



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