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jueves, marzo 28

Por qué el feminismo debe ser antirracista

«¿Acaso no soy una mujer?», resuenan las palabras de Sojourner Truth dentro del aula, mientras todas las presentes escuchan el discurso atentamente. Sojourner Truth fue una abolicionista y activista por los derechos de la mujer. Imagen Socialist Worker

Llaman a la puerta, aparece un señor de unos 60 años, sobre su cabeza reposa un gran gorro estilo cowboy de color negro pero, lo que más destaca de su cara es su larga barba blanca. Su indumentaria también llama la atención: viste una chaqueta marrón repleta de chapas de colores, que resuenan a cada paso que toma. En cada uno de sus hombros cuelgan un par de bolsas, pero no parecen dificultarle el caminar.

«Hola, me acaban de decir que puede ser no pueda entrar» comenta amablemente.

«Bueno… En principio, la charla era para mujeres racializadas» responde la organizadora devolviéndole la sonrisa.

«Lo que ves es lo que hay» comenta entre carcajadas.

«Bueno, gracias» Y se marcha.

Como este señor llegan a aparecer hasta siete personas, preguntando si pueden formar parte de la charla sobre feminismo racializado. En este contexto, se entiende como persona racializada todo aquel que no es blanco, ya que, históricamente las distinciones raciales fueron creadas por personas blancas.

En la invitación de Facebook estaba la indicación de que se trataba de una charla no mixta. Una charla no mixta, se entiende como un espacio seguro para personas que comparten una misma opresión.

«¿Acaso no soy una mujer?», resuenan las palabras de Sojourner Truth dentro del aula, mientras todas las presentes escuchan el discurso atentamente. Sojourner Truth fue una abolicionista y activista por los derechos de la mujer. Nació bajo la esclavitud, pero consiguió escapar y quedar en libertad en 1826, con tan solo 29 años. Su discurso más conocido, titulado “¿No soy yo una mujer?”, lo pronunció en 1851, durante la “Convención de los derechos de la mujer de Ohio”, en Akron, Ohio. Fue uno de los primeros discursos que ponía de relieve los problemas a los que se enfrentaba la mujer negra: ser mujer y los problemas derivados de la raza.

Una niña de unos cuatro años, hija de una de las asistentes, se pasea sonriente por el interior del círculo mostrando orgullosa las páginas de su libro, titulado: Pequeñas líderes: Mujeres valientes en la historia negra. Un libro ilustrado, escrito por Vashti Harrison, que cuenta la historia de cuarenta mujeres negras y sus destacables contribuciones.

Al mismo tiempo, las veinticinco asistentes, que forman el círculo, comparten algunas de sus experiencias:

“El feminismo blanco no acaba de entender que las mujeres negras tenemos otras necesidades que ellas, tal vez, ya tienen cubiertas. Porque no partimos de iguales.”

“Uno de los grandes problemas es que las mujeres blancas no se quieren poner en el papel de las opresoras. ¿Quién querría estar en el lugar del opresor?, pero, es la realidad.”

“¿La mujer negra importa? Sí. ¿Todas las mujeres importan? También. Es normal que muchas mujeres blancas no comprendan algunas de nuestras luchas. Como no están en nuestra piel, no viven lo que vivimos nosotras.”

Casi 170 años después, podemos ver con estas declaraciones que algunas mujeres todavía se sienten identificadas con el mensaje de Truth.

Por este motivo creen que un feminismo que no sea interseccional, siempre será insuficiente. El feminismo interseccional muestra cómo se entrelazan las diferentes instituciones opresivas, en este caso el machismo y el feminismo. Este término fue acuñado por primera vez por la activista y académica estadounidense, Kimberlé Crenshaw.

El feminismo es una lucha constante, que parece no tener fin y es necesario que incluya a todas las mujeres. Por ese motivo, tener libros como Pequeñas líderes: Mujeres valientes en la historia negra es tan importante. Para que todas las niñas tengan la oportunidad de disponer de referentes de calidad.


Rahmata Dem Njie

Estudiante de Periodismo


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