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jueves, marzo 28

Negra no se nace, te hacen


Parafraseando a Simone de Beauvoir «mujer no se nace, se llega a serlo«. En su obra El segundo sexo, aludía así a la construcción social que representa el genero en el discurso feminista y exponía la idea de que independientemente de como nazcas físicamente, lo que te oprime es la percepción social que se tiene de ti en tu entorno.  

Pues bien, tampoco se nace siendo negr@, se llega a serlo cuando la sociedad lo resalta a modo de diferencia, de estigma.

Yo me convertí en niña negra a los 4 años. Hasta entonces era simplemente una niña, en mi casa, en mi entorno, en mi familia afrodescendiente y heterogénea, mis hermanas y yo eramos niñas, mis padres eran padres. Sin más.

Hasta que un día en el colegio me dijeron que mi piel era color caca, que yo era diferente a los demás porque mi pelo era raro y tenía un color mas oscuro que los demás.

No fue una observación curiosa, no fue un comentario inocente. Lo usaron para hacerme sentir mal, para ridiculizarme. Fue un insulto.

Y entonces aprendí que no era una niña como las demás, era una niña negra y algo estaba mal en mi porque era diferente.

A todas las familias con hijos afrodescendientes les preocupa este momento.
Porque saben que va a llegar tarde o temprano. Bien, quizá a las familias donde los únicas personas no blancas son les hijes, les pille más por sorpresa puesto que no cuentan con la propia experiencia.

Pero en general, todas las familias con hijes afro SABEN que este momento sucederá tarde o temprano.

Y entonces te cuestionas si quizá no deberías tener esta conversación en casa primero, por aquello de contextualizarlo y aportar otra perspectiva de la que el entorno blanconormativo brinda a los nuestros y evitar así que el primer contacto con esta realidad sea con alguien ajeno que ni tendrá tacto ni lo pretenderá, ni hará énfasis en lo verdaderamente importante, sino sólo buscará resaltar la diferencia para herir, para ejercer su privilegio de la forma más tóxica y dañina posible y, probablemente, sin una conciencia plena de lo que está haciendo y de cómo esas palabras marcarán un antes y un después en la vida de esa otra persona.

Normalmente esto pasa en la infancia, y l@s niñ@s son así… Así de crueles. Así que personalmente elegimos esta opción: hablarlo primero en casa, armarla de herramientas y de una conciencia plena que minimizar a él impacto de usar una característica a priori irrelevante como un insulto hacia su persona. Yo le dije a mi hija que ella es negra. «Young, gifted and brown» , concretamente. E intento hacerle ver que si, el color de la piel es un rasgo característico de todas las personas, puesto que hay infinidad de tonos, pero que algunas personas tratan mejor a las personas más claras porque tienen un problema en la cabeza (si, esta apreciación es algo punky, pero en ningún caso quisiera simpatizar con visiones racistas ni normalizar sus discursos peregrinos). Y así tratamos el racismo en mi casa: como una enfermedad, como un cáncer a erradicar.

Cuando crezcan, al igual que en su día hizo mi padre conmigo, me tocara tener LA conversación.

En esa conversación me tocará explicarles que ell@s deben trabajar el doble para llegar al mismo sitio que las personas blancas. Que deben luchar por instruirse y llegar a la excelencia en el campo que elijan puesto que en la carrera de obstaculos de su vida tienen más vallas a saltar que le@s blanc@s aunque menos que otras personas más oscuras (el colorismo es una realidad de la que deben ser conscientes pues les aportará un privilegio en su caso mestizo).

Así pues, negr@ no se nace, te hacen los ojos de los demás, te hace la mirada racista de esta sociedad que premia lo más claro otorgándole estatus de bueno, bondadoso, limpio y castiga lo más oscuro relacionándolo con lo malo, turbio y sucio. Está en el imaginario colectivo, es un poso que yace en el subconsciente de todes.

De esta forma una persona que no sea negra pero si de tez oscura, puede sufrir esta discriminación en un entorno predominantemente de tez más clara (que es lo que les pasa a los latinos en los países nórdicos, por ejemplo).

Y entonces sí hay quien se sorprende y escandaliza del racismo, la discriminación y lo increíble de que esto sea así en pleno siglo XXI…

Pues «welcome to my world babe»

No hay que esperar a sufrirlo en propias carnes para tomar conciencia y empezar a cambiarlo… Que vas a aportar tu?

Basha Changuerra

3 comentarios

  • Dana

    Mi hijo menor es negro…. siempre hablamos de los colores de las personas como algo totalmente natural. En nuestra ciudad es uno de los pocos niños negros que hay (son 3 en total) y los demás somos blanco o indígenas de tez trigeña. Aquí la discriminación que él sufre es al revés….Lo privilegia, quieren saludarlo sin conocerlo, tratan de regalarle cosas, se meten si ven que lo regaño… Así que el se siente especial….Pero nunca de manera peyorativa.
    Una sola vez un vecinito dijo que no quería jugar con él porque es negro….Y fui a hablar con sus padres con los pelos de punta….y los padres se encargaron.
    De todos modos gracias por tus palabras….voy a tenerlas en cuenta porque espero nunca tener que enseñarle que las cosas le van a costar más por su color. Pero si así fuera alguna vez…es bueno saberlo de antemano

    • Mar

      X esto de mayor te afecta, sobretodo cuando estas en la etapa de la adolescencia….te das cuenta q t han tratado como un objeto curioso, no como cualquier otra persona… hace que hagas natural que estes siempre en el punto de mira, Aunquea sea inconscientemente….
      Recuerdo de mayor ir de vacaciones a Africa x primera vez y sentir-me rara… x era l primera vez q no m sentia”observada…”o exotizada. Nacer en un sitio donde eres minoría, provoca que en ocaciones te traten como paternalismo.. creo que no me exprese bien, x en conclusión, ser niño negro en un país o zona donde eres minoritario, fue muy duro x mi.quizas te puedas sentir especial de pequeño en ocasiones…. pero yo solo queria que me tratasen NORMAL.