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martes, abril 16

Cuando nos piden que nos dediquemos a cosas más importantes

Cuando nos piden que nos dediquemos a cosas más importantes

A raíz de la polémica que abrimos con el tema de la cabalgata de Alcoy, nos llovieron las críticas. Es comprensible, cuando se pone el foco en una tradición que chirría por su contenido racista, siempre la gente se siente agredida, sobre todo la que pertenece al entrono donde sucede o se celebra esa tradición. Era de suponer y no nos pilló de sorpresa.

Ya tenemos experiencia en ataques de este tipo que, a lo largo de estos cuatro años, nos han venido desde lugares muy diversos. No solo desde posturas abiertamente racistas o fascistas, también desde posiciones supuestamente progresistas.

Pero en esta ocasión hay una frase que se ha repetido con frecuencia: «dedicaros a cosas más importantes»  y también»hay problemas de racismo más graves que esta tontería».

Ninguno de los que nos hizo esta crítica añadió después a la frase un ejemplo de esos problemas. Seguramente porque no tienen ni idea de ninguno, ya que nos les sufren y como en el caso de Alcoy, les importan muy poco.

No es nuevo, ya este comentario se ha recibido en otras opresiones y otras luchas. Es una vieja táctica para quitar importancia  a nuestra lucha. Por ejemplo, es exactamente lo mismo que se decía, recientemente, en los estados del Sur de los EEUU ante la petición de retirada de símbolos y estatuas confederadas: «hay cosas más importantes», «es una tradición de cientos de años», ect

Pero ¿que es importante de lo que Afroféminas no se hay ocupado? ¿Cual es un problema grave que hayamos olvidado?

La respuesta es nada. No lo saben porque no nos leen.  Ni nos conocían, hasta que no tocamos su dichosa cabalgata. Tampoco lo sabían los organizadores Canela Party que nos acusaron de lo mismo, o la gente del del barrio de Sant Roc de Tarragona cuando denunciamos sus gigantes, etc.

No saben que denunciamos a diario el racismo que hay en esta sociedad. Que hemos hablado de la escuela pública, de la violencia de género, de los CIES, de violaciones de derechos humanos, de pobreza, de marginación. Todas cosas muy importantes y que sufrimos en nuestra piel, algunas compartidas como mujeres con otras de otras etnias y otras con otras personas racializadas. No saben que luchamos día tras días por el reconocimiento como mujeres negras y por la visibilización de nuestra gente y de nuestra realidad. No tienen ni idea, porque hasta que no les ha tocado a ellos ser importunados en sus privilegios, han pasado completamente de los negros, del racismo y de todo lo que esto conlleva.

 

cambio de nombre
Cuando se trata de temas simbólicos siempre se alude a la poca importancia de los mismos para banalizar nuestras luchas. Lo simbólico está unido a lo tangible y es una manifestación de que algo más grave sucede bajo la superficie. Un hecho pequeño, pero relevante, que saltó a los medios, fue el cambio de nombre del pueblo Castrillo de Matajudios por el de Castrillo Mota de Judíos a iniciativa de los propios vecinos. Las tradiciones si hacen daño a otros no son inmutables.

Pero ahora estamos aquí. Para importunar, luchar y tocar las narices. No estarán tranquilos aquellos que digan que no es para tanto, que es lo mismo. No descansarán los que piensen que somos unos pesados, que somos unos exagerados. Ahora aquí hay una comunidad que despierta y empieza a no dejarse pisar. Y claro, eso cambia las cosas.

Se terminó el status quo y la imagen que queríais del implorante de un cachito de humanidad. Ahora tenéis que contar con nosotrxs. Somos luchadoras, somos negras y somos mujeres. ¡¡¡Nos quedamos!!!

 

Afroféminas

 

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