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viernes, marzo 29

Ser negrx sigue siendo un disfraz para algunxs en España

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Los «Gigantes Negritos» son exhibidos durante las fiestas del barrio de Sant Roc de Tarragona. A la comitiva con estos muñecos acompañan niños que se disfrazan como los gigantes, incluido los  negritos. De nuevo la negritud convertida en motivo de burla cual cabezudos y seres irreales. Foto de Altres indrets

Que en la España del siglo XXI (ya hemos superado más de la mitad del año 2017) siga siendo divertido, así como recurrente, pintarse la piel con pintura negra y ponerse una peluca afro o un turbante para disfrazarse de persona negra en acontecimientos como la cabalgata de los Reyes Magos es preocupante como mínimo.

En las fiestas del barrio de  Sant Roc de Tarragona conservan una tradición similar en sus festejos, vinculada a dos Gigantes llamados «negritos» y, muy a mi pesar, he sabido de ella hoy. He visto este anuncio mientras revisaba mi cuenta de Facebook y no podía dar crédito. Cito textualmente lo que pone en este llamamiento:

«Necesitamos niños y niñas de 6/7 o 8 años que quieran vestir de gigantes y negritos pequeños».

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Al parecer en este lugar las personas negras somos comparables con seres irreales que habitualmente aparecen en cuentos o fábulas infantiles como son los gigantes. Se nos está deshumanizando, una vez más, y poniendo al nivel de seres que poco tienen de humanos. Tal y como yo lo veo, este es un ejemplo pésimo que dar a lxs jóvenes de esa población pues si desde la más tierna infancia ven como un divertimento o un chiste «vestirse de persona negra» y la figura de gigantes de un hombre y una mujer negrxs, ¿por qué habrían de cambiar de parecer en la edad adulta?.

A lxs que defiendan que se trata de una tradición y que no hacen daño a nadie, les diré, en primer lugar, que las tradiciones son convenciones socioculturales y que de la misma manera que se crean se pueden modificar o eliminar. Y en segundo lugar, si realmente piensan que no se hace daño a nadie, entonces es más que evidente su falta de tacto y de sensibilidad. Ya está bien de presentar a las personas negras como el hazmerreír de la sociedad. No somos seres irreales ni fantásticos, tampoco estamos aquí para divertir a otrxs. Somos seres humanos que queremos ser tenidos en cuenta como tal. Resulta verdaderamente agotador que no se nos considere para lo bueno o positivo pero siempre estemos ahí para representar lo malo, lo negativo o el chiste fácil. Se me ocurren infinidad de disfraces divertidos para niñxs (o no tan niñxs) que son respetuosos con el resto de grupos étnicos que conforman la humanidad (y además cumplen con su función) como pueden ser los disfraces de súper héroe/heroína, de animales o cualquier otro ser vivo que tenga un lugar en la naturaleza, de seres fantásticos o de personas que se dedican a una profesión (u oficio) determinada.

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¿Que lleva normalizar la mofa y la burla hacia un colectivo como los afrodescendientes? ¿La tradición lo justifica todo? ¿Es sano utilizar a los niños para perpetuar estos estereotipos? Foto Altres indrets

Si lo que en este barrio necesita es niñxs negros (según especifican en el anuncio) por algún motivo concreto, que hagan un casting o selección. Sinceramente, no hay necesidad de pintar a niñxs blancxs de negro porque las personas negras somos reales y existimos en el mundo y en España. ¿Sencillo, no? Solamente hay que querer cambiar las cosas.

 

Marta Koli

 

Marta Koli

Lingüista

Más textos de Marta:

 

https://afrofeminas.com/?s=Marta+Koli

13 comentarios

  • Dorian

    En multitud de festividades en España se exhiben desfiles de gigantes entre los que siempre existe un personaje negro. Los personajes que se representa como gigantes son considerados protagonistas y figuras de respeto. En Euskadi, suele haber un soldado, una etxeko andrea, un religioso, etc. Y siempre se añade un personaje negro, a veces con vestimenta que recuerda el pasado musulmán. En su época de apogeo del mundo musulmán se consideraba referente en ciencia y conocimiento y, de hecho, en euskera, «veterinario» se dice «albaitari» del árabe «al-baitar». Es decir, el hecho de pasear un gigante negro en las fiestas no es un acto de racismo, sino todo lo contrario. Es un acto de respecto y reconocimiento hacia gentes que nunca han pertenecido de forma significativa a esas sociedades hasta fechas recientes. Sólo un necio se puede sentir ofendido por que se le represente como un gigante y figura de respeto en una celebración.
    Os recomiendo la película «quinta planta» de Mikel Rueda y comprobéis hasta qué punto es importante que existan los gigantes negros precisamente para luchar contra el racismo.

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