Durante una conversación cuyos temas se relacionen con el feminismo o racismo, es común escuchar algunos argumentos desconcertantes que en un primer momento parecen cargados de razón, pero tras un análisis más profundo, no deberían ser aceptados.
De estos, la falsa simetría y el silenciamiento son los más comunes y funcionan en general emparejados. Aprende a identificar cada uno de ellos.
Falsa simetría
La falsa simetría es cuando alguien usa un argumento verdadero (o aceptado como verdad absoluta) en una situación en que no se aplica. En un primer momento, el argumento puede parecer valido, ya que se asemeja por paralelismo, entretanto, los argumentos falsos simétricos suelen ser superficiales y denotan desconocimiento del tema principal que está en debate.
Ejemplo:
Persona 1: – Has visto la campaña #blacklivesmatters?
Persona 2: – Ya pero la vida de los negros no son más importantes que las dos demás ¿no? Todas las vidas importan.
O sea, para decir que la campaña #blacklivesmatter está mal, y que se debería usar en su sitio la hashtag #alllivesmatter, se tiene que ignorar el contexto de porque surgió la campaña. Está claro que todas las vidas importan, entretanto, se tiene que desconsiderar el número de muertes de personas negras en homicidios cometidos por agentes encargados de hacer cumplir la ley, la brutalidad policial aplicada contra los negros, y la desigualdad racial en el sistema de justicia penal de los Estados Unidos para que hubiera real simetría.
Yendo un poco más hondo, la consecuencia de la falsa simetría es el desenfoque del problema principal, o sea, seguimos todos como estamos sin que nada realmente necesite cambiar.
Entender lo que es la falsa simetría no solo es importante en el momento de argumentar con alguien que esté utilizando argumentos falsos simétricos, pero también como una manera de prevenir que utilicemos estos argumentos que nada aportan. Incluso, solo se puede identificar la falsa simetría cuando se conoce más profundamente el tema del que se está hablando.
Silenciamiento
El silenciamiento es un término utilizado para referirse al momento en que una persona saca la voz de la otra, y por sacar la voz comprendemos cortar, no dejar que el otro se exprese o desmerecer lo que se está diciendo.
El factor fundamental que determina la distinción entre un discordar de opinión y el silenciamiento es comprender nuestro espacio de habla, que es la posición que tenemos en una conversación para argumentar sobre un tema.
Ejemplo:
Mujer: – Es que los piropos callejeros me dan asco, no me gustan nada.
Hombre: – Tía, qué más da recibir un piropo si a alguien le gusta. Si yo lo tuviera tan fácil, me iba a encantar.
Que experiencia de vida tiene un hombre para decir como una mujer debería sentirse al ser acosada en la calle?
Así que silenciamiento es cuando alguien emite una opinión de algo que no ha vivido y juzga el discurso legítimo del otro desmereciendo sus vivencias y cuyo lugar de habla debería ser respetado. La autora de este texto pide licencia filosófica incluso para decir que éticamente no está bien juzgar las vivencias de nadie y tampoco los sentimientos generados por estas vivencias, deberíamos estar comprometidos en crear espacios seguros y eso significa respetar y escuchar las experiencias de los demás.
El silenciamiento está correlacionado también con la invisibilidad, ya que en él se aplica la misma mecánica: el modelo de actuación, del pensar y de lo que es deseado asume personalidad hegemónica, y todos los juicios son hechos a partir de esta visión de mundo que desconsidera la diversidad.
Una reflexión crítica del estado “normal” de las cosas implica tomar partido por la existencia de los que viven y sienten de manera distinta, nuestra sociedad solo puede desarrollarse en capital humano cuando aprenda a escuchar, abrir espacios para que las minorías invisibilizadas hasta hoy puedan hablar y ser escuchadas.
Mariana Olisa
Master en Estrategia y Creatividad Digital por la Universitat Autònoma de Barcelona. Miembro de Black Barcelona.
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