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jueves, abril 18

El peligro de que borren la historia

Hace meses que pienso en escribir para Afroféminas, y hace meses que la idea de redactar un artículo interesante para mujeres negras me limita.

Me siento incapaz de escribir algo que pueda interesar a unas mujeres determinadas, siento que es limitar los intereses de una mujer a su color de piel, siento que habrá mujeres blancas que encuentren interesante lo que escribo, o no, y mujeres negras a las que les interese, o no. Así que finalmente me he decidido a escribir un artículo inspirada en la noticia de que Harriet Tubman va a aparecer en los billetes de 20 dólares en Estados Unidos. Hace unos años vi un vídeo de un a conferencia de Chimamanda Adichie, « El peligro de una sola historia » que me hizo reflexionar muchísimo. En la conferencia Adichie cuenta como las historias que contamos, que nos cuentan, contribuyen a que el receptor se cree una imagen mental a menudo estereotipada; cuanto más desconocido es el tema, más posibilidades hay de contribuir a la creación de prejuicios. Adichie habla de cómo reacciona la gente que la conoce cuando les dice que es africana, porque todo el mundo, aunque nunca haya estado tiene una imagen mental de lo que es Africa. La palabra Africa está fuertemente vinculada a pobreza, subdesarrollo, hambruna… y a eso se reduce en nuestras mentes a un continente de unos 1,111 miles de millones de personas. Desgraciadamente, durante mucho tiempo ha predominado en el mundo una sola historia, la que nos han contado, la que nos han vendido. La historia de occidente que ha desfigurado y vaciado el resto de culturas en lugar de enriquecerse con ellas. Todos aquellos que no nos hemos sentido identificados con la historia contada y sus héroes nos hemos visto huérfanos de referentes. Las mujeres hemos sido eliminadas cuidadosamente de ésta historia, a penas han quedado unas poquitas, y de ellas, las mujeres negras o asiáticas son las menos… Las consecuencias de desfigurar de esta manera la historia son muy positivas para aquellos que la escriben, pues cuentan su version, el peligro es para aquellos que las leen, que las creen. Si desconocemos, si olvidamos, si desvalorizamos los logros que han conseguido cada una de las mujeres en la historia, estamos desconociendo, olvidando y desvalorizando nuestra capacidad para formar parte de la historia. Por eso hoy, día en el que se hace oficial que Harriet Tubman va a aparecer en los billetes de 20 dólares siendo la primera mujer negra en hacerlo, quería dedicarle unas líneas.

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Harriet Tubman nació esclava un día desconocido de 1820 en Estados Unidos. Era analfabeta y vivió realizando trabajos terriblemente duros en el campo y recibiendo palizas diarias. Cuando era adolescente, el propietario de un esclavo lanzó un objeto que por error acabo en la cabeza de Tubman ocasionándole daños cerebrales que le provocarían dolores de cabeza, desmayos y visiones el resto de su vida. Tubman dijo que creía que el golpe no la había matado porque su pelo afro había amortiguado el impacto. En 1849 Tubman escapó a Filadelfia, y fue ahí cuando comenzó a dedicarse a ayudar a otros esclavos a fugarse a través de la red del Ferrocarril Subterráneo, que era el nombre en clave que recibía una ruta de huida de esclavos hacia el norte, era una ruta peligrosa y viajaban de noche para evitar a los cazadores de esclavos, pero por suerte Tubman conocía bien esos caminos y pantanos pues había trabajado en ellos. Se cree que Tubman ayudó a escapar alrededor de 700 esclavos. Alrededor de 700 mujeres y hombres negros caminaron hacia la libertad gracias a una mujer negra. La admirable historia Tubman nos recuerda el inmensurable poder que tenemos cada una de nosotras como mujeres, como personas. Creo que por el legado de Tubman y el de todas las mujeres que la historia ha vuelto anónimas nos debemos conocerlas, recordarlas y valorizarlas, porque haciéndolo estaremos llenando el mundo de esperanza y haciendo nuestra la historia.


Sheila Pierre Louis

Trabajadora social. Master en investigación aplicada a estudios feministas de género y ciudadanía. Estudiante de derecho.

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