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jueves, marzo 28

Neus Rubau es la madre de Talaku, una niña etíope de 8 años

En ocasiones, hemos hablado de la toma de conciencia de nuestra negritud pero rara vez de la de nuestro entorno blanco. En ese sentido recuerdo un día en el que no me dejaron entrar en una discoteca “por ser de color” (palabras textuales). Cuando fui a denunciarlo a la comisaría, el policía  que me atendió me preguntó que si no sabía qué era el derecho de admisión y me pidió que les mostrara mis “papeles” (también textual) a raíz de que yo le hablara de la no discriminación por raza, sexo o religión que establece la Constitución. Una de las amigas que me acompañaba se puso a llorar por la injusticia que suponía todo aquello mientras yo la consolaba puesto que a mí no me parecía, por desgracia, nada excepcional.

Para alguien negro no es difícil hablar de racismo porque, casi siempre, más tarde o más temprano, acaba por padecerlo en sus carnes. Sin embargo, en el caso de la mayoría de las personas blancas es mucho menos habitual debido a que jamás lo han experimentado y piensan que los demás pueden estar tan libres de prejuicios como ellos/as mismos/as.

Ser madre de un/a niño/a afrodescendiente adoptado/a te confronta con la realidad a bocajarro, de repente, abres los ojos a una sociedad que, aún siendo la tuya, desconocías.

En un ejercicio de responsabilidad, Neus y su marido no han cesado de empoderar desde bien pequeña a su hija, recordándole quién es, de dónde viene y lo maravilloso que es ser quien es. 

En este camino de afirmación surgió Talaku, una web en el que no sólo se venden productos para el pelo afro sino donde además se proporciona una asesoría de lo más completa.

Y… poco más que añadir. ¡A leer!

¿Cómo definirías la sociedad española en términos de tratamiento de la diversidad étnica?

La considero atrasada en muchos aspectos, no solo en lo referente a la diversidad étnica.

Aunque curiosamente cuando hablo de este tema con amigos o familias con las que tengo más afinidad o confianza (donde todos los miembros son blancos), bajo su punto de vista no existe el racismo, ni el clasismo, me dicen que eso es cosa del pasado… y cuando les explico cosas que nos han sucedido, situaciones cotidianas del día a día, se quedan perplejos.

¿Tu valoración ha cambiado a raíz de ser madre?

Sí, ser madre te abre un mundo nuevo: el colegio, los parques, conocer nuevas familias, sus compañeros de escuela. Y ser madre de una niña negra te hace ver que existe el clasismo y el racismo en los colegios, entre los compañeros, en la calle, en la tele, en los libros, en resumen en esta sociedad que erróneamente creemos tan justa y avanzada. Lo que me resulta más triste, y hace complicado que las cosas cambien, es que más de la mitad de la gente no lo ve, no es consciente de ello.

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¿Qué ha pasado para que ya no sea la misma?

Primero que al ser madre todo lo que le duele a tu hija va directo a tu corazón, te duele tanto que es difícil controlar las emociones y quieres abrazarla y que todo lo malo desaparezca. Como esto no es posible sólo nos queda protegerlos y darles herramientas para que ellos mismos sepan defenderse o buscar sus propias respuestas al mundo exterior. La vida te cambia, ser madre hace que ya nunca seas la misma, porque de golpe tienes una personita que depende de ti.

Y entonces te das cuenta, de cuantas de esas veces en las que tu hija se siente herida, cuantas en las que le hacen sentir diferente, en las que le surgen preguntas, miedos, porqués, son a causa del color de su piel.

Quien hasta ahora ha vivido en un mundo de blancos, sin tener a alguien amado de otra raza, aunque sensible en cuestiones de racismo, es difícil que llegue a tener la perspectiva de quien convive, como en mi caso por ejemplo, con una persona negra. Las situaciones que vives, las cuestiones que se te plantean, en definitiva, todo lo que te rodea, te muestra una cara antes oculta.

Desde comentarios hirientes a los que tienes que hacer frente, incluso provenientes de personas cercanas de las que nunca hubieras esperado eso, hasta las más tontas frases hechas, del estilo “trabajar como un negro”, que antes no te parabas ni a pensar, y que ahora borras por completo de tu vocabulario.

Antes no era consciente de que vivimos en una sociedad de blancos, ahora, desde esta nueva perspectiva, este mirar con otros ojos, me he dado cuenta de detalles que parecen pequeños, pero que son los que construyen nuestro entorno y nos hacen ver las cosas como las vemos. Por ejemplo, me llama la atención la ausencia de niños negros en las fotos de revistas, catálogos, televisión, etc.

En mi página de Facebook de empresa, cada vez que comparto una foto de un afro en una revista hacemos una fiesta, y eso no tendría que ser así. La multiculturalidad en los medios tendría que ser algo más habitual, no algo excepcional.

Creo además, que ello contribuiría en gran medida a integrar la diversidad en nuestra sociedad, a abrir la mente de tantas personas que solo han vivido en un mundo de blancos.

¿Observas diferencias entre la sociedad que conociste de pequeña y la actual a nivel etnia, racismo, respeto, representatividad…?

No puedo comparar mucho, ya que en mi familia hasta que no llegó Talaku éramos todos blancos.

Cuando yo era pequeña la inmigración era muy poca. Como anécdota que tantos habremos vivido, antes el rey Baltasar era un hombre blanco pintado de negro, ahora poco a poco esto va cambiando en la mayoría de los sitios. Hoy en día en mi pueblo el Rey Baltasar es negro, y esto, que puede parecer poco importante, no sabéis lo feliz que me hace, más poniéndome a ojos de mi hija. Quizás si no tuviera a Talaku ni me lo hubiera planteado…

También recuerdo que mi hermana tenía un compañero de clase marroquí, y yo siempre lo vi igual a los demás, nunca lo traté distinto por ser marroquí. Recuerdo, eso sí, que me llamó mucho la atención porque con sólo 12 años, tenía el cabello cubierto de canas. Seguramente si le preguntáramos a él, diría que sí, que la sociedad ha cambiado a mejor, imagino que en los 90 “ser diferente” tenía que ser más duro.

Aunque tristemente, esta época de crisis, guerras, y manipulación de los medios de comunicación, no ha ayudado en nada. Y hoy es el día en el que muchos “diferentes” se convierten en víctimas inocentes, al ser señalados como una amenaza.

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¿Cómo percibiste el proceso de toma de autoconciencia (verbalizada o no?)de su diferencia étnica, si la ha tenido, en tu hija?¿Dónde se produjo?

Pues la primera vez que fui consciente que para ella era un “problema” tener la piel negra lo recuerdo muy bien… ella tenía 4 años (a mi hija la tuve con 3, así que hacia menos de 1 año que estaba con nosotros). Estábamos en el coche, lo recuerdo como si fuera ayer, mi marido conducía y yo iba delante de copiloto, mi hija me dijo, “mama….” miré por el retrovisor, y vi como mi hija, tras mojarse los dedos con saliva, comenzó a frotarse la cara como intentando “borrar” el color de su piel.

Yo me había preparado para algo así, soy socia de una asociación donde hacen charlas gratuitas sobre racismo, adopción, orígenes, etc., y asistía ellas antes y después de tener a la niña, para aprender y saber lo que podría pasar como familia adoptiva e interracial.

Pero por muy preparada que estuviera, ese gesto de mi hija me impresionó. Por suerte, creo que supe reaccionar muy bien…. Puse cara de enorme sorpresa, me giré y con mi mejor sonrisa le dije que su piel era preciosa, que yo no quería que ella fuera blanca, que amaba su color de piel y quería que fuera así como es, color marrón hermosa….

Estuvimos trabajando este tema meses, siempre con alegría y risas, era mi chocolate y lo sigue siendo, y como siempre le he dicho “no la quiero de otro color”.  Así lo siento y, a pesar del paso de los años, así se lo tengo que ir demostrando y recordando día tras día.

Son “cosillas” con las que nos enfrentamos de pronto los padres adoptivos, cuando nuestros hijos no se parecen en nada a nosotros. Una madre negra puede entender lo que es el racismo, más que una madre blanca con una hija negra como yo, porque hay situaciones que solo ellos han vivido en sus propias carnes.

¿Alguna vez ha padecido algún episodio racista? ¿Y tú?

Mi hija personalmente no, por lo menos el “Racismo en mayúsculas”, pero sí lo que podríamos llamar “microrracismo”…. os daré algún ejemplo….

-En mi pueblo hay mucha gente de Senegal y Gambia, muchos de ellos van con sus propios vestidos africanos en los días de fiesta, o incluso de a diario,que por cierto,a mi me parecen preciosos… y he tenido que llegar a oír dentro de mi propia familia, que no entienden por qué van así, que se vayan a su país o que vistan “normal”.

-También he tenido que oír en medio de una comida familiar que a mi hija ya no la veían tan“negra”, como si ser negra fuera algo malo, ella es “diferente” dicen… eso me rompe el alma y me causa vergüenza y rabia.

-Mi lengua es el catalán, y más de una vez hemos vivido la situación ridícula de acercarse alguien a conversar, hablar conmigo en catalán y pasar a hablar en castellano al dirigirse a mi hija. Yo en ese momento pensaba… ¿pero que está haciendo esta persona? sabe perfectamente que es mi hija y le habla en castellano…

También hay quien se ha dirigido a ella como si estuviera sorda o fuera tonta, hablándole muy despacio, y elevando el tono de manera exagerada. Me perece terrible y ofensivo.

-Un episodio duro, fue el día que mi prima regresó del parque disgustada porque sus amigas no querían jugar con Talaku por ser negra.

-Y como hecho más habitual, algo de lo que yo no me había percatado, y fue mi hija quien me lo comentó, es que algún niño se la quede mirando descaradamente. Pienso que será curiosidad, o sorpresa, y más al ver a sus padres blancos, siendo ella negra. Un gesto fruto de la espontaneidad de los niñ@s. No quiero ni puedo verlo como algo malo, sabéis?

Pero también he de decir que son capítulos puntuales, que nuestra vida es feliz. Talaku está completamente adaptada a nuestra sociedad, y es una niña muy querida por todos. Cuando hemos ido fuera de vacaciones no hemos sentido racismo, ni sufrido ningún tipo de rechazo. Aunque mentiría si dijera que nunca ha pasado ningún capítulo de racismo encubierto, como le llaman ahora.

¿Cómo lo has gestionado con ella? ¿Y hacia ti misma?

Entre nosotras siempre ha funcionado el diálogo. Tengo la gran suerte de que hablamos mucho, ella sabe expresar sus sentimientos, ponerles nombre, y eso me ayuda mucho a comprender sus temores, sus dudas, y poder darle mi punto de vista, normalmente positivo, y si puede ser, incluso con un toque de humor.

Respecto a mí, creo ser una persona fuerte, con las ideas claras, y muy optimista. Eso me ayuda a hacer frente a esas situaciones, a no callar. Creo que es la manera de hacer pensar a quien bien o malintencionadamente hiere con sus comentarios o gestos.

Una respuesta ante ella, ante mí, y sobre todo ante mi hija.

Volviendo a uno de los ejemplos que antes he mencionado: frente aquel comentario de que a Talaku “no la veían tan negra”, yo me pregunto, ¿Cuánto es el daño que inconscientemente se puede hacer a una niña que lo que necesita precisamente es reforzar su autoestima? En ese momento reaccionas, a veces más o menos acertadamente, intentas mantener la calma mientras contestas “mi hija es negra, bien negra, y con mucho orgullo”, y pides por favor que no se repitan ese tipo de comentarios racistas.

Digo que soy fuerte, pero nadie es impermeable, y estas cosas duelen. Me llevo mis disgustos, pero se quien en este caso tiene el problema, y eso me hace más fuerte para hacerles frente.

¿Estabas preparada para algo así?

Sí y no. Estaba preparada porque me he informado mucho y sabía que muchas de estas cosas pasarían. Pero una cosa es el “manual” de cómo responder a este tipo de situaciones, y otras es el cómo te afectan.

No estaba, ni creo que nadie pueda estarlo, preparada para que le pasara a mi hija, a quien más quiero en este mundo. Sólo pensar que le pueda causar dolor el simple hecho de que su piel sea de color diferente se me parte el alma.

A veces sientes un poco de impotencia, porque aunque sean casos aislados, no entiendes que tenga que sufrir ni uno sólo de ellos, por culpa de la ignorancia o la maldad de algunas personas.

¿Crees que una madre de niñxs afrodescendientes tiene que “aprender” y/o tener en cuenta aspectos que madres de niñxs blancxs ?

Sin lugar a dudas sí. Toda madre que tiene un hijo distinto al resto tiene que tener en cuenta muchos más aspectos, pero mi filosofía es… no intentes cambiar el mundo, eso es un imposible (si consigues cambiar un poquito tu entorno será todo un logro) haz fuerte a tu hijo, dale herramientas para afrontar la vida, y ayúdale a construir una base sólida para su felicidad.

¿Hay más niñxs negrxs en su cole?

Hay unos cuantos, no muchos, pero con el tiempo me he dado cuenta que ella es distinta a ellos.¿Por qué? Porque las familias de los otros niños negros son negras, su madre, su padre, su abuela son negros también; ellos se parecen a sus padres, abuelos, hermanos…

En nuestro caso, ella es negra y toda su familia adoptiva blanca, su madre, su padre, sus abuelos, primos, tíos… Eso es muy distinto y a veces hace que lo pasen peor en algunos aspectos, ya que son más vulnerables a las inseguridades respecto a su identidad.

Entre ella y el resto de niños negros del colegio hay todo un abanico de diferencias, como lo hay con otros niños blancos, cada familia somos un mundo.

Pero curiosamente, si hay puntos en común entre aquellas familias negras, que difieren de la nuestra. Desde algo tan superficial como el físico: todas las niñas negras del cole,a diferencia de Talaku, se desrizan el cabello convencidas de que así mejoran su aspecto. Hasta cuestiones más profundas, relacionadas con su cultura, que les proporciona unas raíces comunes de las que Talaku no es participe: hablan el idioma de sus padres biológicos, tienen una historia antes de llegar aquí que sus padres les cuentan para que sepan de sus raíces, les explican cosas de su país origen. Mi marido y yo le podemos explicar cosas de Etiopia, pero evidentemente no es lo mismo…

Son muchas las diferencias entre Talaku, una niña negra adoptada por una familia blanca, y el resto de niños negros de su cole. Sinceramente, me gustaría que hubiera más casos, que la diversidad fuera tanta que costara “encasillar” a unos y a otros entre tantas diferencias…

Una anécdota divertida… La segunda vez que fuimos a Etiopia, recuerdo el primer día de ruta, mi hija empezó a jugar con otros niños etíopes y de golpe la perdí, no la encontraba… ¡y resulta que estaba a un metro de mí! Estoy tan acostumbrada a reconocerla y tenerla a la vista en todo momento, que me chocaba el hecho de perderla en medio de tantos niños iguales a ella.

¿Cómo crees que le afecta esto?

Lo lleva bien, es una niña abierta y hemos trabajado mucho en casa para que ella se vea como lo que es y esté orgullosa de quien es. Ella es ella y los demás son los demás, cada niño es único, y eso es lo que intento transmitir a Talaku. A veces ha podido sufrir por sentirse distinta, pero hay muchos niños que son distintos, y lo importante es aceptar como somos y querernos.

Creo que el hecho de que hubiera más color/diversidad en el cole ayudaría. De esa manera no se sentiría tan diferente al resto, tan “especial”. Echo de menos una sociedad multirracial, multicultural, y no sólo hablo de negros y blancos. La mezcla entre razas me parece hermosa y enriquecedora. Este verano, en mi pueblo, he visto a chic@s adolescentes y me ha sorprendido gratamente descubrir bastante mezcla de color y raza, eso me encanta y me llena de positivismo.

¿Conoce su cultura de origen? ¿Cómo se relaciona con ella? ¿Y tú?

Si, la conoce. También hemos ido a su país de origen después de unos años, respetamos y amamos su país. Como no amar a su tierra, a su familia biológica, a quién le dio la vida y gracias a quien hoy tenemos lo que más queremos y nos hace felices.

Aquí, en casa, intentamos de vez en cuando ir a restaurantes etíopes a comer, a mi hija le encanta, son sus orígenes, además de disfrutar del lugar y la comida le hace mucha ilusión. También nos gusta frecuentaralgún que otro restaurante senegalés, ¡el thiebou thien nos vuelve locas! Intentamos no cerrarnos sólo en su cultura, empapándonos un poco de todas ellas… Confieso que en casa sentimos una predilección especial por el continente Africano.

Talaku, su padre y yo somos “un pack”, nos sentimos muy unidos en todos los sentidos, y en cuestión de relacionarnos con su cultura de origen no nos quedamos atrás.

¿Consideras que en el colegio hay suficiente atención a la diversidad? ¿En qué aspectos? ¿Echas algo de menos?

Falta mucho por trabajar. Imaginaros, desde P3 (1er año de Parvulario intentando hacer ver a mi hija un concepto tan básico, como que el “color piel o carne” no es el rosa, sino que son muchos los “colores piel”.

Por suerte en la escuela de mi hija hice una propuesta de comprar los colores piel de la marca Lyra, me parecen todo un “invento”: 12 pinturas que van del color rosa al marrón muy oscuro. Esta“herramienta” tan sencilla ayuda muchoa trabajar la diversidad.

Puede sonar algo simple, pero estuve muchos años oyendo de la boca de mi hija que el color piel era el rosa, y hoy es el día en el que es ella la que alguna vez, se ha desgañitado intentado hacer ver a alguno de sus amigos de que el color piel no es solo el rosa.

¿Los libros de texto son inclusivos? ¿Reflejan las diferentes realidades de esta España?

No, no lo son. No la reflejan en absoluto, hay tanto que cambiar…

¿Piensas que los medios de comunicación, la publicidad en el cine (españoles) cuentan con suficientes referentes afrodescendientes en términos cualitativos y/o cuantitativos?

No para nada….

Como en la pregunta anterior, poco se puede decir sobre este tema cuando la realidad me muestra día a día que no hay ningún referente del que poder hablar.

¿Qué hay de los juguetes y los juegos, muestran la diversidad existente?

Rotundamente no. Sí que es verdad que poco a poco se ve más diversidad, pero como en los otros campos, queda mucho por hacer.

¿Alguna vez tu hija te ha dicho que le gustaría tener el pelo liso? ¿Cómo reaccionaste tú?

¡Oh sí! y tenía claro que pasaría. Mi trabajo es vender productos de cabello afro y rizado, y este tema nos lo encontramos en muchas de mis clientes…

Era otra cosa que tenía claro que tarde o temprano llegaría, y llegó. Pero lo trabajamos muy natural, tengo la suerte de defenderme mucho en los cuidados del afro, le hago muchos peinados y eso hace que esté feliz con su cabello, ahora lo adora y está muy orgullosa de él. El cabello afro es muy versátil, es infinito, puedes hacer mil peinados a cual más bonito, juntas lo hemos ido descubriendo y ha sido el mejor camino para hacerle ver lo hermoso que es.

Aún así, precisamente el otro día Talaku me dijo… “mamá, ya sé que mi cabello es hermoso y me encanta y lo quiero pero… a veces me gustaría tener tu pelo (liso) porque es muy rápido de peinar”

Además en el caso de los hijos negros con padres blancos, se añade que su mamá, tía, abuela suelen tener el cabello lacio, y hay veces que simplemente lo que quieren es ser como el resto, no destacar. Yo muchas veces me hago esta reflexión: Si a mí me adoptara una familia negra, todas mis amigas fueran negras afro, mis padres, abuel@s, etc… ¿Acaso yo no querría tener el cabello afro? ¿Qué mi piel fuera del color de la suya?, la respuesta es SI.

Sin ir más lejos, mi pelo es muy lacio y siempre me ha gustado el cabello rizado, confieso que hace años lo castigué en varias ocasiones con permanentes de resultados “poco exitosos”. Las personas somos de naturaleza caprichosa, y tendemos muchas a veces no estar contentas con lo que tenemos y querer precisamente lo que no tenemos.

Creo que lo más importante es no cometer el error de querer cambiar por agradar a los demás, tenemos que aprender a querernos y para ello es importante trabajar la autoestima desde niños.

¿Creéis que sería bueno que los/as padres y madres tuvierais mayor participación en el diseño del currículo escolar para poder rediseñar, si fuera posible, nuevas estrategias educativas?

Sí lo creo. Como personas que vivimos el día a día de nuestros hijos, sus problemas y temores, creo tenemos mucho que aportar.

Yo rediseñaría nuevas estrategias educativas como el no rechazo a lo diferente, los valores, el respeto y la igualdad. Y no con palabras si no con hechos. En general en las escuelas se da más importancia a las notas que al hecho de que estas personitas aprendan a ayudar al de al lado, a querer al que más lo necesita, ser menos competitivo y más trabajar en equipo. Esos valores tan importantes en la vida y a los que muchas veces no se presta la atención que merecen.

Al final, sumar y restar todos acabamos aprendiendo, pero hay valores, que si no se trabajan desde pequeños, difícilmente se corregirán de mayores.

Hace unos días hablé con una clienta y me contaba que su hijo en P5 (3er año de parvulario) cuando acabe el curso tendrá que saber leer. ¿Es eso normal? Desde mi punto de vista nuestro sistema educativo tiene muchas carencias y una mira demasiado enfocada a los resultados académicos.

¿Creéis que los espacios de encuentro entre padres y madres de niñxsafrodescendientes son necesarios? ¿Por qué? ¿Existen? ¿Son mixtos en cuanto a etnia se refiere?

Mucho. Yo tengo muchos grupos de adopción que he mantenido, y quedamos asiduamente. Los niños juegan, hablan de sus cosas de igual a igual, padres blancos y niños negros, disfruto muchísimo todos y cada uno de estos encuentros. Yo creo que son muy necesarios, que nos hacen muy bien a todos, niños y mayores. Compartir experiencias, encontrar apoyo y comprensión de quien está viviendo lo mismo que tú, en un entorno de cordialidad y buen ambiente, no tiene precio.

Primavera del 2015 me invitaron a la primavera afro, fuimos toda la familia, y resultó una experiencia maravillosa, ver tanta chica guapa, orgullosa de su físico, afros cortos, largos, de colores, alegres, divertidas, un ambiente que jamás habíamos vivido. Fue único e inolvidable.

Este pasado 2015, Talaku fue a unas colonias que organiza cada año Afne donde el 80% de l@s chic@s son negr@s. La idea me gustó desde el principio y mi hija quedó encantada.

Creo que para mi hija estas experiencias son muy enriquecedoras, y por poco que se pueda recomiendo que la gente intente buscar momentos para compartir con distintos afro, familias negras, familias adoptivas… por mi experiencia puedo asegurar que es muy positivo para nuestros hijos.

Tu mayor descubrimiento en este terreno hasta la fecha ha sido…

¿Y tú mayor aprendizaje?

Mi mayor descubrimiento es que por amor puedes llegar a hacer cosas que nunca hubieras imaginado. Yo soy una persona nada presumida, me cuido lo mínimo, y en ese aspecto siempre he sido muy perezosa. Aprender a cuidar el afro de mi hija ha sido un gran aprendizaje, emocionante, a veces un poco desesperante, no os voy a engañar, pero una vez entiendes el pelo afro es fascinante, y poder ayudar no sólo a mi hija, sino a tanta gente que estaba en mi situación, me hace sentir genial… disfruto de verás y para mí eso es un privilegio, algo maravilloso.

Mi mayor aprendizaje ha sido mi hija, cada día aprendo de ella, cada día me da lecciones de vida. Y si tengo que elegir una, señalaría que gracias a ella he aprendido a hacer frente a los demás, a no callar ante la injusticia o el desagravio. Yo siempre he sido muy “tonta”, me he dejado pisar en demasiadas ocasiones. Pero desde que fui madre, ni me dejo pisar ni mucho menos permito que pisen a mi hija, ella me ha dado la fuerza y el motivo para cambiar tanto en ese aspecto.

¿Cuál sería vuestro consejo para las personas que vayan a ser madres o padres de niñxsnegrxs en España?

Que se informen, toda información es poca. Hay mucho que leer y aprender, y todo es poco para estar lo mejor preparado posible antes de comenzar ese maravilloso proyecto de familia, que como todos, tendrá sus momentos duros, pero otros muchos maravillosos y siempre, siempre, habrá merecido la pena.

Hoy en día hay muchas asociaciones que hacen charlas gratuitas, einternet abre un mundo de posibilidades para estar informado y compartir experiencias con otras familias. Todo es tener ganas, tiempo, y buscar. Yo lo hice y no sabéis lo bien que me ha ido.


Lucía Mbomío

Periodista 

9 comentarios

  • Discrepo profundamente con la afirmación de que las personas blancas no han experimentado jamás el racismo. El racismo no es inherente al color de la piel, sino a la estupidez del ser humano, e ignorantes hay en todas las culturas. Yo soy una mujer genéticamente europea ( no me da la gana de usar el término «blanca» porque la cantidad de melanina no define ni determina absolutamente nada ), madre de un hijo genéticamente subsahariano. En Europa hemos vivido situaciones de racismo hacia mi hijo, y en Africa, donde resido desde hace años, las vivo a diario contra mi persona, en mayor o menor medida. A veces sutiles, a veces francamente abiertas. A mi, y a muchas otras personas europeas, norteamericanas, o lo que sean, se nos discrimina en Africa, en Asia, y la mismísima Europa. En el mundo hay muchas culturas, muchas realidades, y tratar de constreñir lo que sucede a la estrecha realidad que cada uno vive, puede generar informaciones muy distorsionadas y afirmaciones tan erróneas como la que me lleva a comentar sobre este artículo.