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viernes, marzo 29

¿Reivindicación o moda?

 Angela Davis

Finales de los sesenta, principios de los setenta. América. Es el cuándo y el dónde del nacimiento y auge del movimiento negro respaldado bajo el eslogan político Freedom now (Libertad ahora), popularmente conocido como Black Power (poder negro).

Buscando una representación real política; (entiéndase esto como una persona negra que además de su condición racial, estuviese implicada con el cambio de la situación social de los negros) la población afroamericana salió a las calles cargada de valentía, orgullo, amor propio y, como consecuencia de lo mencionado, su pelo natural. Compartiendo la ilusión de tener los mismos derechos civiles que el hombre blanco, los cabellos afro fueron las coronas de todos esos héroes que lucharon por hacer realidad el sueño de Luther King, el sueño de muchos. El sueño de todos diría yo. Los rizos fueron testigos de cada discurso, cada reunión, cada pancarta. La lucha no acababa cuando finalizaba la manifestación pública, la lucha continuaba en la casa de todos aquellos que lucían una corona afro. Porque esa corona era símbolo de aceptación de raíces, de orgullo.

 Dos mil quince, España. Es el cuándo y el dónde de la acogida del pelo afro como moda. Asistí el pasado fin de semana a la VOGUE Fashion Night Out. Yo, que no estoy muy metida en el mundo de la moda, estaba en ese limbo entre fascinación y nihilismo. Mis ojos acunaron una tormenta de estilos que ya había divisado, más en otros contextos: camisas con mil estampados, pantalones acampanados, sombreros gigantes, prendas de ganchillo…Y entre todo ese mundo de tendencias, esa azafata. Digo “esa” y no “una” porque tenía algo diferente a las demás. Esa azafata consiguió sin lugar a dudas llamar mi atención. Iba vestida con ropa oscura y ceñida y unos tacones de no más de seis centímetros. Sujetaba elegantemente una bandeja donde se posaba algo que no me dio tiempo a divisar pero estoy segura de que era promoción. Era una azafata común en una evento madrileño, pero ella estaba más a la moda que las demás, ella lucía el pelo afro. Y digo afro y no natural porque era una peluca. Llevaba una peluca afro en la noche en la que la capital se arregla con las últimas tendencias para impresionar. Y me impresionó.

Artículo Allure Magazine

Recordé entonces el episodio que se dio el pasado mes de Agosto en una revista americana llamada Allure Magazine, the beauty expert (Revista Allure, experta en belleza). Esta revista presentó no hace mucho un artículo en el que mostraba el pelo afro como un peinado y no como una de las maneras que tiene el cabello de crecer. Además, enseñó a sus lectores como conseguir hacer “el peinado afro” utilizando para ello a una modelo blanca y sin mencionar en ningún momento los orígenes de este estilo. * Yo entiendo que no todas las personas con cabello afro lleven su pelo natural con el fin de reivindicar su valía y orgullo. Entiendo -no comparto- por tanto que haya personas negras y mestizas que lleven el pelo natural exclusivamente por razones estéticas, porque está de moda. Pero, siendo la definición de moda una costumbre pasajera, ¿me quedaré anticuada cuando sea otro peinado el que inunde las portadas de revistas y yo siga creyendo en el eslogan “Freedom now”?

Autora: Winie Idjabe Makuale

Estudiante de lenguas en la Universidad Complutense de Madrid

3 comentarios

  • Jose G. Sunday

    Bienvenido sean las modas, porque estas domestican al ser humano, y hacen de lo marginal algo asumido por la mayoría. Fueron las modas lo que hicieron que la gran contribución de los africanos a la cultura popular mundial fuera el pan de cada día de todos los habitantes del planeta, hablo de la música popular moderna, el rock, el jazz, el soul, el blues, y más recientemente el rap o el hip-hop, fueron en su orígenes estilos de músicas marginales, creados por una minoría en un entorno de minorías, es tal que el mismo rock en su día estaba prohibido en América donde se creo, por ser música de negros, eso fue antes que un blanco Elvis Presley, lo hizo blanco y lo expandió por todo el mundo, más tarde se le catalogo como el rey del rock, pero no nos equivoquemos, era música de negros. Los artistas negros sufrían lo imposible para poder crear su arte, y no era hasta que las modas lo pasaban al consumo de los blancos cuando esta se domesticaba, pasando a ser algo normal y aceptado por todos. Hoy no hay joven que no lleve los pantalones vaqueros rotos, o que se pongan a hacer rap en sus lenguas autóctonas, todo esto en su día se vio como algo de negros, de pobres, de gente marginal, y discriminado por ser diferente, fueron las modas que las catapultaron al mundo de los blancos, creando nuevas formas de vestir, y nuevos estilos musicales. Si la moda acepta al afro para blancas, es una victoria del estilo negro, y de paso quita el estigma de nuestra mujer negra, que no tienen que gastar su tiempo poniéndose potingues en el pelo para alisarlo, o comprando caras extensiones de pelo indio para creas el efecto de pelo lacio, en este sentido yo digo, viva las modas, es lo que hace a la juventud digerir lo diferente sin sentirse amenazado culturalmente por ello.

    • Completamente de acuerdo. Lo que pasa es que las modas además de todo lo que dices y comparto, son efímeras y tienden a frivolizar temas tan serios como estos.
      El camino de la autoaceptación viene desde mi punto de vista no a través del mercado que lo diluye todo y mucho menos a través de las mujeres blancas.

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