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jueves, marzo 28

«¿A que edad dejan de coger color los mulatos?»


No os asustéis, esto no está entre las preocupaciones de Afroféminas. Esa frase que encabeza el post es una búsqueda en Google que vi registrada en nuestra Web y que me ha llevado a escribir este post.

La primera impresión fue la de sorpresa mezclada con rechazo como supongo que a muchas personas les pasa cuando ven algo así. ¿Que tipo de persona puede buscar algo así en Internet? Después de reflexionar me di cuenta que conozco a ese tipo de persona porqué lo he vivido mil veces y se muy bien las causas de esta mentalidad.

Por eso no me costó nada imaginarme a esa madre reciente que vive en un país (cualquiera) donde tener piel negra es un estigma. No me costó nada imaginar su alegría al ver salir a su hija de su vientre en el hospital y su alivio al ver su claridad de piel.

No me costó nada imaginarme a sus amistades en la habitación del hospital dándole parabienes y diciendo «óyeme que adelantada te salió»…»es de pelo bueno».

No tuve que esforzarme mucho para imaginarme a esa madre con creciente apuro al ver que con las semanas la niña iba oscureciendo su piel y su cabello se iba ensortijado haciendo cada vez más difícil enmascarar su herencia.

No me costó imaginarme la preocupación directamente proporcional a cada tono de piel oscuro que esa niña iba cogiendo. Cada tono clavado como un estigma que hará de llevar toda su vida y que ella ha interiorizado después de siglos de discriminación.

Porqué esa madre ya sabe que esos tonos de piel le dan a su hija una sospecha y un rechazo que ha heredado. Que no todo el mundo la querrá tener a su lado en la escuela. Que no todos la trataran con respeto.

Fue fácil imaginarme a esa madre huyendo del sol, cada día más preocupada por la tez de su niña . La niña tapada hasta los ojos escapando de cualquier rayo del astro traidor que alcance a su pequeña.

Me imaginé sin problema a esas amistades, las mismas del hospital, bromeando ahora sobre la tez de la pequeña. «Se te está poniendo betún».

Puedo ver a esa madre pensando que aquello que ha pasado a su hija, su herencia y sus ancestros es algo negativo, algo que hay que borrar. Y la puedo ver metiendo esa frase en el buscador de google intentando encontrar soluciones a lo que ella cree una condena.

Todo esto no es un cuento, es real.

Vosotras mismas podéis hacer el ejercicio de introducir la frase que encabeza este post en Google.
Los resultados hablan por si solos.

Afroféminas


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