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jueves, marzo 28

Yo soy porque nosotras somos

Nosotras mujeres afro de la diáspora, vivimos el conflicto de una lucha antirracista, sin pretensiones de discutir las cuestiones de género y de un feminismo donde jamás hemos encontrado la historia de nuestras vidas o de nuestras grandes mujeres.

En Brasil Maria Firmina dos Reis, Antonieta de Barros, Lélia Gonzale , Alzira Rufino, Conceição Evaristo y tantas otras trayectorias de vida que iluminan el camino de las afro-brasileñas, no están entre los clásicos feministas. Desde bell hooks y las enseñanzas que ella nos dejó sobre el feminismo negro, pocas fueron las mujeres blancas y los hombres negros que aprendieron sobre su significado e importancia.

Aunque nosotras seamos las mayores víctimas del feminicidio (60%), y de la violencia doméstica (64%), en general no somos las invitadas a discutir las soluciones para estos problemas. Percibimos que las mismas mujeres que hablan de la opresión de género siguen siendo nuestras opresoras. Entre las mujeres que están en los espacios de poder las mujeres blancas son la mayoría, y se han mostrado incapaces de pensar su lugar de blanquitud y de privilegios en una sociedad donde el racismo es estructurante como ocurre en Brasil, sumada al patriarcado.



Hay muchos estudios y datos sobre la situación de las mujeres afro-brasileñas desde hace tres décadas. Con estos datos lo que se puede afirmar es que  a parte de esta sociedad, simplemente no le importan nuestras vidas.

Decir que somos todas o todos iguales en las discusiones raciales o de género en momentos de enfrentamiento de políticas públicas y no escuchar lo que necesitamos como mujeres negras no nos ayuda para nada.

Nos siguen silenciando, por lo tanto existe la necesidad de seguir elaborando una producción intelectual que sea capaz de traducir nuestras especificidades de etnia, de género, clase, y de orientación sexual.  Una producción que reflexione sobre nuestros problemas, nuestras experiencias y nuestro cuerpo como mujeres negras. Redes de mujeres buscando empoderarse y proponer soluciones a sus cuestiones, la búsqueda por una estética positiva y la resignificación de nuestros cuerpos, ya que nuestra estética igualmente es política, una política descolonizada, que antes de todo necesita de cuerpos descolonizados.

Así nosotras mujeres afro-brasileñas, estamos en marcha, una protesta a la  cual hemos llamado Marcha de las Mujeres Negras, y que tendrá lugar en Brasil en noviembre, organizada por una red de feministas negras. Para el bien vivir, y el bienestar social, con nuestros turbantes, nuestros colores, y nuestro ritmo.

Estamos en Marcha, decimos A LA MARCHA MUJERES NEGRAS, pues hemos decidido decir  basta a toda la violencia, al silencio de hombres antirracistas y machistas, de mujeres feministas y racistas.

Estamos en Marcha cansadas de saber que una madre más llora por la muerte de su hijo, como compañera la soledad y el dolor, pues en Brasil son 82 jóvenes negros muertos cada 24 horas. Por la creencia en nuestros ancestros y la certeza de que si queremos cambios estructurales en nuestro país, esto solo va a ocurrir por nosotras mismas.

La individualidad fruto del modernismo occidental no nos sirve, nuestras charlas, nuestras reuniones semanales, nos van enseñando que la política se hace en pequeños rincones y se va agrandando para el mundo.

En las reuniones donde vamos dibujando nuestra actuación estamos construyendo un movimiento dónde no deseamos destruir a los hombres negros, pues no somos misandrias y tampoco odiamos a las mujeres blancas. Lo que necesitamos es parar con toda a la violencia y opresión, es intentar crear puntos de diálogo donde personas que viven situaciones que las aproximan, pero que son experiencias distintas, puedan tener claves de diálogo y de compresión. Me parece que mientras nos ataquemos uno a los otros, no ponemos en riesgo el estatus quo del hombre blanco.

Creo que tenemos la oportunidad de construir un movimiento dónde una represente el todo, y el todo represente a cada una de nosotras.

Por la influencia de la filosofía Ubuntu, el grupo de organización de la Marcha en Santa Catarina al sur de Brasil, decimos una para las otras Yo soy porque nosotras somos, en momentos buenos o en momentos de conflicto, y esto nos va acercando al país en que deseamos vivir, libre de las opresiones raciales, de género y sexistas.


Cristiane Mare da Silva

Mestranda da Puc/SP, Especialista em língua e literatura castelhana, Pesquisadora associada do Cecafro Puc-SP, Pesquisadora associada do núcleo de estudos Afro-Brasileiros Udesc, Secretária de Mulheres da Unegro de Santa Catarina.


3 comentarios

  • Pastora del Carmen Puertas Arias

    Soy la editora de una agenda anual de mujeres afrocolombianas, resido en Bogotá, mi nombre es Pastora del Carmen Puertas Arias y sus artículos están llenos de contenidos que me identifican mucho como, considero que son aportes diferenciado a un discurso de género desde nuestro ser y sentir que deben divulgarse y defenderse con discusiones muy profunda como lo que se plantea en su artículo.

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